Narra Camille: Para este punto de la cena ya el camarero nos ha servido el plato fuerte: lomo de cerdo con salsa de champiñones y espárragos. En silencio, degusto del manjar, mientras Richard me mira en silencio. Tras mi descabellada oferta no ha dicho ni media palabra, y una parte de mi cabeza está alarmada de que vaya a decir que no. —¿No tienes nada que decir? ¿O es que acaso no te ha gustado mi oferta? Una sonrisa se asoma en sus labios y de los cubiertos a un lado, para acercarse un poco más a mí. —La verdad es que me tienes intrigado, Camille. Primero, porque sé lo que hay debajo de ese vestido y no veo la hora de poder saborearlo —confiesa, haciendo que mi nivel de deseo aumente aún más. —Y en segundo lugar… —toma una respiración profunda y finalmente dice: —Generalmente so