Narra Camille: Siempre me consideré como una persona extrovertida hasta que conocí a mi mejor amiga. Ella es la descripción de atrevimiento, pero elevado a la séptima potencia. Por eso, ahora que estoy bajando las escaleras, no sé si seguir su ejemplo ha sido la mejor idea después de todo y quisiera devolverme a mi habitación y ponerme un par de jeans. —¡Estamos listas! —anuncia, con voz cantarina, al llegar al pie de la escalera. En el salón, los caballeros esperan por nosotros, conversando tranquilamente, pero se interrumpen, girándose para vernos. La boca de ambos cae suspendida al ver nuestro aspecto, y me río porque los pobres no tienen idea de lo que es capaz Alice cuando sale de juerga. Desde Paris, me ha traído un insinuante vestido blanco, de seda, que por obligación debe