Cada vez que lo escucho hablar de sus nuevas canciones, me doy cuenta que lo hace de una manera diferente. Da a entender que hay mil y una historias escondidas detrás de esas letras, y me pregunto si alguna de ellas es para ella. Mi móvil vibra y al mirar la pantalla sonrió. La confirmación que he estado esperando. Sé que le encantara la idea. Pienso y luego de responder al correo electrónico; vuelvo mi vista a él.
Sus ojos cafés se clavan en los míos y no sé si es una simple casualidad o es que me intenta decir algo. Solo noto que lo hacen con intensidad y no puedo mantener la mirada en ellos; es bastante incomodo. Vuelvo mi mirada a mi móvil y pretendo estar leyendo algo con tal de no tener que volver a encontrarme con esos ojos mirándome de esa manera. Escucho al locutor dar por terminada la entrevista, y a los pocos minutos esos zapatos color n***o aparecen en mi perímetro visual enfrente de mí.
-Hola.- Dice y al levantar mi mirada veo que me sonríe.
-Hola.-
Me pongo de pie y comienzo a caminar. -¿Buenas noticias?- Pregunta mientras siento sus pasos detrás de mí.
-¿Qué?- No entiendo de qué habla.
-Te vi sonriéndole a la pantalla de tu móvil.- Me dice entre risas y debo voltear a verlo.
-No se te escapa ni una.- Le comento bastante sorprendida.
-¿Me dirás?- Pregunta y realmente me hace reír que sea tan curioso.
Estamos saliendo de la estación de radio y se detiene un instante para tomarse unas fotos con algunas fans, para luego subirse a la furgoneta como lo he hecho yo.
-Tenía pensado decírtelo esta noche durante la cena, pero eres tan curioso que tendré que decírtelo ahora.- Digo sonriéndole de manera sarcástica.
Inclina su cuerpo un poco hacia mí y ríe -¿Qué cosa?-
-El show case que harás en Miami, será en el planetario del Frost Museum of Science.- Le digo con orgullo.
-¡¿Cómo?!-
Es como si no creyera la noticia.
-Vale, te explico. Tú estarás tocando tu piano y cantando tus nuevas canciones en el planetario del museo, mientras que empresarios y gente del medio te escucha y ve. Pablo, este es tu momento.- Digo con entusiasmo.
-¡Eres increíble!- Exclama con demasiada felicidad y sin darme tiempo a reaccionar me abraza fuertemente.
Es tan fuerte la manera que me está abrazando, que prácticamente me está dejando sin aire. –Pablo, que no puedo respirar.- Le digo entre risas.
-¡Perdón!-Dice y me suelta tan solo un poco.
No sé como ocurre, pero quedamos frente a frente con una cercanía casi inexistente. Puedo sentir su cálido aliento en mi rostro, su respiración y la mía están más agitadas de lo normal, y esto ya me esta asustando. Lo miro como preguntándole que es lo que está sucediendo aquí, pero sus ojos no me responden; solo me miran de una manera tan profunda que siento que está descubriendo todos mis secretos... Quiero tener la voluntad de separarme, pero es casi imposible y todo empeora cuando sus dedos comienzan a jugar con mi cabello.
-Pablo.- Digo y el pronunciar su nombre es casi una súplica.
No quiero que me bese. No quiero que volvamos a cometer errores que nos hagan regresar al principio. Detestaría ser la mujer con la que el engañe a su prometida. No quiero ser débil.
Un suspiro se escapa de su ser y observa mis labios con detenimiento. –Lo siento.- Es lo que dice para luego volver a su posición y hacer que la distancia entre ambos sea una que haga que mi corazón vuelva a latir con normalidad.
-Gracias.- Es lo único que le puedo decir en este momento mientras volteo mi vista al cristal de la furgoneta para intentar hacer que todo esto vuelva a la normalidad.
-¿Gracias por qué? ¿Por no besarte?- Dice en un susurro haciendo que vuelva a mirarlo.
-¿Eso es lo que ibas a hacer?- Pregunto ya que mi gracias era por sus palabras.
-Seria un imbécil si dijese que no, ¿Quién no quiere hacerlo? Pero, no te preocupes. Me di cuenta tiempo que sería un error. Ni tu ni ella merecen que lo haga.- Me deja saber y no sé si ponerme feliz por sus palabras al saber que le parezco atractiva, o simplemente llorar porque simplemente me ve como un objeto.
-Vale.-
¿Qué otra cosa puedo responderle? Sabe exactamente que palabras utilizar para que siga creyendo que si le digo que estoy embarazada de él me odie.