Ultimo Dia En Buenos Aires

843 Words
Después de la noticia que me ha dado, no he podido pronunciar palabra alguna. Solo tomo mi café y como un tostado con jamón y queso que esta exquisito. Miro la pantalla de mi móvil intentando disimular estar ocupada, pero la realidad es que mi mente es un completo caos. -¿Me dirás que te sucede? Pregunta interrumpiendo mis pensamientos. Sí, estoy embarazada de ti y me acabo de enterar que te vas a casar. Tengo ganas de responderle. -No sé de que hablas. Es lo que decido responderle. -Estas muy extraña. Creí que me regañarías por la noticia de mi compromiso. Creí que dirías que no era conveniente, que podría arruinar mi carrera. Dice sin tomar aire entre frase y frase. Que ganas de decirte que la que arruinara tu carrera soy yo... -No soy tu niñera, soy tu publicista. Mi trabajo es vender tu música y tu imagen. Un casamiento claro que es poco conveniente siendo tan joven, pero hay cosas peores. Comento. -Claro, como un hijo... Pero no te preocupes, Natalia y yo no pensamos tener hijos en un largo tiempo. Me dice y creo que me acaba de caer un piano de cola del cielo, así como sucedía en los dibujos animados que veía de pequeña. -Vale. Esa es una decisión de ustedes. Es lo único que le puedo responder y no sé cómo es que no he salido corriendo de este café y me he echado en medio de la calle para que me atropellen. -Definitivamente estas muy extraña. Repite. -Pablo, no intentes comprenderme. No te conviene, podrías descubrir cosas que no quieres. Le digo a modo de advertencia. -¿Acaso eres mafiosa? Pregunta preocupado aunque sé que es una broma. Pienso que sería mejor. -Créeme que sería mejor. Solo puedo decirte que estoy cargando con algo que no estoy preparada y no tiene nada que ver con tu carrera. De verdad, no intentes comprenderme. Solo veme como tu publicista y ya. -Como digas. Replica. -¿Vamos? -Sí, no quiero que lleguemos tarde. Digo y pagamos la cuenta para ir al estudio de radio que nos toca hoy. El día de hoy es un poco diferente. En vez de entrar a la cabina con Pablo, Raul, uno de los gerentes de la radio, me ha ofrecido quedarme del otro lado acompañada por un té y su compañía. -¿Hace mucho que trabajas con Pablo? Me pregunta de la nada. -No, hace unas cuatro semanas. Le informo aunque para mi ese número tiene otro significado. -¿Y cuándo se van? Sigue preguntando. -Hoy por la noche nos vamos a Chile. Le informo. Creo que estoy entendiendo por donde va este tío y si tan solo supiera lo que me está pasando, ni siquiera me hablaría. Pienso. -¡Eso es muy pronto! Dice decepcionado. -Sí, es una promoción muy rápida. Comento. El acerca su silla un poco más a la mía y yo tan solo puedo mirarlo de reojo. –Eres muy linda Alexia. Dice pícaramente. -Bueno, gracias. Con esa respuesta debería entender que no me interesa. -No se... quizás, podría invitarte a almorzar hoy antes de que te vayas. Me dice esperanzado. Estoy a punto de responderle cuando una voz masculina me interrumpe. –Lo siento, hemos quedado con unos amigos míos. Responde y al darme la vuelta, me doy cuenta que es el. -Eh si... Afirmo confundida y me pongo de pie. -¿Has terminado? Pregunto algo confundida. -Sí, vamos.  Digo y me pongo de pie. –Muchas gracias por todo Raul. Le digo estrechando su mano. Pablo hace lo mismo, pero lo mira con desconfianza. Al salir de la radio y después de que Pablo saludara a algunas cuantas fans, nos subimos a la furgoneta. -¿Qué ha sido eso? Pregunto confundida. -No puedo creer que el gerente de la radio te estuviera intentando seducir. Dice incrédulo. -¿Discúlpame? -Es que ahora entiendo porque no te ha hecho entrar a la cabina... -Pablo, no tienes porque meterte en estas cosas. Las puedo controlar bastante bien. Le informo. -No me cabe duda de eso. Dice serio. Ignoro su comentario. -Veras, no iba a ir con el de todas formas. No tenías porque inventar lo de tus amigos. Digo seria. -Es que no es mentira. De verdad iremos a almorzar con ellos antes de partir a Chile. Me informa y lo miro sorprendida. -Gracias por el aviso. Si no te has dado cuenta, no estoy vestida para ir a un almuerzo con tus amigos. Le reclamo. -Esta perfecta, excepto por los tacones altos. Es un asado en casa de uno de ellos, pero no te preocupes. Entenderán que estábamos trabajando. Dice sonriente. -La próxima me avisas. Le reclamo. -Si jefa, le avisare. Dice burlándose de mí. –Veras que te la pasaras mejor en este asado con amigos míos que en ese almuerzo que Raul. Lo conozco de hace tiempo y no tiene fama de ser un tío bueno. Comenta. -Pablo, de verdad. No tienes que cuidarme. No soy ni tu hermana, ni tu sobrina, ni tu madre, ni tu novia, ni nada tuyo... Se defenderme. Digo mirándolo fijamente. -No, no lo eres, pero estas conmigo, trabajas para mi, y mientras sea así no voy a dejar que te pase nada malo por mas mal que me trates. Dice entre risas y decido no llevarle más la contraria porque honestamente no creo que le gane; al menos no hoy.
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