La mente de Ofelia se había convertido en un torbellino de sensaciones contradictorias, cada una luchando por dominar sobre las demás. Ese beso que aun continuaba entre los dos también estaba despertado algo completamente desconocido en ella, transformando su miedo inicial en una emoción inusual que no podía reconocer. Un calor inexplorado serpenteaba por su vientre, entre el medio de sus piernas, encendiendo sensaciones que jamás había experimentado en sus años de vida. Su intimidad palpitaba con cada movimiento de los labios del rey sobre los suyos, mientras sus piernas temblaban como hojas al viento bajo el firme agarre de su mano en su cintura. La mesa bajo ella se había convertido en su único punto de anclaje con la realidad; sin ese apoyo, sus piernas temblorosas la habrían traicion