12. Palabras imprudentes

1126 Words

Sus pequeñas manos, posadas sobre su regazo, se apretaban con tanta fuerza que los nudillos se tornaron blancos como la nieve. Fue entonces cuando Acaz se acercó a ella con su presencia abrumadora, invadiendo el espacio personal de ella. Con una facilidad que la estremeció, él la sujetó por la cintura y la atrajo hacia él —sus enormes manos abarcaban casi todo su torso—. Acaz la giró como si fuera una muñeca de trapo, y comenzó un ritual que Ofelia no comprendía y que él había estado haciendo desde que la hizo su prisionera: él hundió su nariz en su cuello, inhalando profundamente su esencia, impregnándola con su propio aroma en el proceso. Este era un acto que los hombres lobo a veces hacían de forma consciente o inconsciente, ya que era una forma de marcar territorio y establecer dominio

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