XXVIII. Explicaciones y discusiones

3581 Words
-        Hola comandante Marion, justo le estaba comentando a mi jefe que todo esto comenzó por un tema internacional, ya que te vienen persiguiendo desde Colombia y… -Miro al que Manuel señala como jefe, luego él mismo interrumpe su dialogo y me presenta.- Principal Ponce, ella es Marion Durand, la comandante de la comitiva de Colombia, Marion, él es el principal Joaquín Ponce. -        Buenas noches señor Ponce -        Buenas noches comandante Durand, no comprendo muy bien el tema, deme un momento por favor, voy a cerrar el tema con mis muchachos y enseguida hablamos. Miro a Manuel y luego a Ponce, veo las caras de los muchachos que nos acompañaron a la bodega, entonces comprendo y cierro la puerta sin decir nada; cuando me giro veo que también los que están detrás de mí están mirándome, son la mitad de mis muchachos, así que aprovecho para reunirlos. -        Hola chicos, -descargo el chaleco antibalas sobre un escritorio cercano, me paso las manos por la cara y respiro – no sé ni por dónde empezar, quizás por darles las gracias. -        De qué habla comandante, si ni siquiera estuvimos en la acción como usted – me responde el capitán Torres. -        Puede que no hayan estado en el tiroteo, pero el hecho de que me acompañaran hasta ese lugar, que creyeran en mi… en verdad es muy valioso, si se dieron cuenta nunca les dije mentiras, la familia secuestrada era la de una amiga muy querida por mi quien casualmente está viviendo ahora en ésta ciudad. -        Comandante, ¿Qué pasó con los sospechosos? – Ahora es el mayor Tabares quien me pregunta. -        Pues uno está muerto, el otro seguramente, no lo sé. -        ¿A qué se refiere con que no lo sé?, disculpe que le pregunte, ¿Alcanzó a escapar? -        No mayor, no escapó, me refiero a que salió muy herido y se lo llevaron en la ambulancia, no sé a dónde, supongo que por eso faltan un par de muchachos del inspector acá. -        Si, con respecto a eso comandante, si se fija la capitán Horta no está acá, estaba hablando con ella cuando usted subió y… -        Por favor no me digas… -Respiro, giro, camino unos pasos hacia adelante, otros hacia atrás, recupero mi ubicación inicial y llenándome de valor le digo.- No son buenas noticias ¿Verdad? -        Si comandante, al parecer la mujer y el hombre comienzan a estabilizarse, pero el niño… -hace una pausa para decir algo terrible- No saben si va a responder, está muy débil y el diagnóstico es reservado. Mis ojos se llenan de lágrimas de nuevo, pero esta vez inspiro aprieto mi boca y contengo la respiración, me siento halando una silla y vuelvo a pasarme las manos por la cabeza, entonces digo en un tono muy bajito una oración a Dios para que se salve el niño, luego les digo a los demás. -        Ojalá se salve el niño, no sé qué pasaría si no… -Tomo más aire para coger fuerzas y continuar con lo que está pendiente de discutir. – Bueno, hay muchos temas pendientes. Comienzo a hablarles del herido que se llevaron en la ambulancia, les cuento que era un hombre de mi equipo de investigaciones y que me traicionó por proteger a su familia, la cuál está desaparecida también en la misma ciudad, tenemos solo los días que nos quedan de preparación y de la cumbre para realizar la búsqueda, de hecho, solo tenemos el día de mañana y las noches antes del miércoles, puesto que seguramente nos harán viajar el miércoles en la noche. -        No exactamente comandante, normalmente volvemos al día siguiente, no es conveniente hacer vuelos que sea necesario recibir a media noche en el aeropuerto militar -me dice el mayor González- Así que tenemos las noches completas hasta el miércoles. -        Gracias mayor, cómo sea, preferiría no estar dependiendo de esa noche, sino ya poder descansar, por favor indíquenme, cuáles de ustedes tienen turno esta noche Después de revisar y tomar nota con un papel que cogí del escritorio donde me senté, quedo pendiente de revisar con los demás el cuadre de turnos y voy a comenzar con los planteamientos para resolver esta situación cuando la puerta de la oficina de Manuel se abre, salen todos los muchachos de él excepto él y su jefe, entonces Manuel se asoma a la puerta y me dice: -        Marion, por favor, ¿Podés venir un momento? -        Si, dame un momento por favor –Le respondo por encima de mi hombro- Muchachos, no se muevan, no me tardo, ya seguimos. -        Si comandante, no hay problema, no tenemos la menor intención de movernos de aquí, ja ja ja. –Todos sueltan la carcajada lo que alivia la tensión, comprendo el porqué del comentario, literal están ubicados como si fueran hamacas y estuvieran viendo la televisión en sus casas, así que les llamo la atención- Bueno, compórtense, que no piensen que somos unos flojos. Ja ja ja, no me volteo a ver si se acomodaron, yo me levanté de una vez de mi silla y me doy la vuelta para entrar a la oficina detrás de mí. Después de entrar Ponce me pide cerrar la puerta. La reunión con el jefe de Manuel comienza con una petición y una sola pregunta: -        Comandante Marion, por favor cuénteme su historia. Y por favor, ¿Cuál es el cargo equivalente de comandante? Digo, no sé si usted es superior en rango a mi o no. Sin embargo no sé desde dónde contarle, así que comienzo por responderle la pregunta. -        Principal, no existe en Colombia un cargo como la comandancia, pero es como mis muchachos me llaman, ya que soy la que estoy al frente de la comitiva y soy la encargada por el general Sepúlveda para ello, mi cargo regular es teniente de la policía de Colombia, y aunque teóricamente no tengo un cargo superior a usted, la realidad es que por pertenecer a dos organismos diferentes, no estoy obligada a obedecerle, pero, antes que me diga nada, solicito su apoyo como militares que somos para lo que está sucediendo. -        Ja ja, de acuerdo, teniente, comandante, o como se quiera shamar, no tengo problema con eso y tampoco le voy a pedir que me obedezca, pero si quiero que sepa que ésta es mi ciudad y no puedo permitir que por su culpa se expongan mis hombres en venganzas personales. -        Principal, le comento que no es una venganza personal lo que ha ocurrido hoy, pensé que el inspector Ferrario se lo había dicho. -        Si, lo mencionó, pero entonces no comprendo en que requiere mi aposho y por qué ha sacado a mi inspector como su guardaespaldas. -        Principal, el asunto no es así como usted lo indica, pero si desde ya esa va a ser su actitud, creo que no tiene fundamento que sigamos hablando, resolveré las cosas sola con mi equipo, por favor no interfiera. -        Me temo que no puedo permitirle eso, verá, acá las cosas parecen sencishas, pero no lo son, lo parecen simplemente porque tengo a los mejores hombres, y por eso la cumbre la hacen acá y no es su país, es evidente que después de la muerte de la senadora, la fama que corre para la protección de políticos ashá no es en absoluto positiva, de manera que no se ponga a la defensiva o de lo contrario tendré que arrestarla hasta terminar la cumbre y luego la regresaré a su país. -        Me está amenazan… -        No principal, no es necesario que sheguemos a esto –Manuel interfiere justo cuando me voy a levantar para contestar como es debido – Principal Ponce, lo que sucede es que la comandante Durand está un poco estresada, recuerde que está muy afectada por lo del secuestro de su amiga y la familia de esha, además de la posible muerte de uno de los sospechosos que era uno de los de su equipo y todo eso. -        De acuerdo Ferrario, explíquese por favor y evitemos entrar en acaloradas discusiones. Manuel le cuenta la historia que sabe de qué un asesino me estaba persiguiendo, que yo estoy encargada de la comitiva de Colombia para proteger al presidente durante la cumbre y que al parecer el asesino me persigue por estar resolviendo el caso de la senadora que el mismo Ponce menciona. Yo aporto en algunos detalles, y en otros le doy golpecitos con mi pie izquierdo en el zapato de Manuel para que no diga nada más, al final el principal dice: -        Comandante Durand, si hubiera comenzado por ahí, nos hubiéramos ahorrado la discusión, hagamos un pacto, uno pequeño de policía a policía. -        Dígame principal, ¿De qué se trataría? -        Según el informe de Ferrario, ustedes tienen casi listo todo lo de la cumbre, si ustedes mañana antes del medio día tienen todas las posiciones aseguradas y todas las solicitudes de papeleo que hay que shenar, pueden disponer de los mismos hombres que estaban acá en reunión y usted use el equipo que quiera, les doy toda la tarde y noche de mañana para encontrar a esa familia, por cierto ¿De cuantas personas estamos hablando? -        De otras tres personas, sólo que estos son mayores en edad, es decir son el papá y la mamá del subteniente Laso y el hermano menor, pero ya no es menor, es decir ya tiene unos dieciocho o más. -        Comprendo, pues esa es mi propuesta, no me pidan que apruebe alborotos durante los días de la cumbre, porque automáticamente la cabeza que rodará es la mía, pero cuenten con ese aposho y además con los equipos de protección, comunicaciones y de armamento que necesiten, sha veremos como justificarlo. -        Gracias principal –Le respondo. -        Si gracias principal sha mismo nos ponemos a trabajar en esho. -        De acuerdo Ferrario, comandante Durand. Hasta luego. Él se levanta de su asiento que en realidad es el de Manuel, y se va a ir, abre la puerta y luego agrega: -        Por cierto, si lo resuelven, quiero el crédito. -        Por supuesto principal Ponce. –Termina Manuel. Luego el principal sale de la oficina y nos quedamos Manuel y yo con la puerta abierta. -        Bueno Marion, casi la cagás, mirá que si bien el principal no es el que está por encima de todos, si es el jefe y sha sabes lo que dicen. -        Que, ¿Que el que manda, manda aunque mande mal? -        No exactamente, pero es una buena manera de decirlo, ja ja. -        Bueno, almenos nos dio apoyo, lo malo es que nos limita en tiempo, sólo tenemos la tarde de mañana para encontrar a la familia de Laso, sino es que el otro tipo, el alto con corte de tazón, ya se enteró de lo que sucedió y va a matarlos ya mismo. -        Debes entender que es una posibilidad muy alta. -        Sí, pero confiemos en que estarán bien. -        Quisiera tener una forma de saberlo, de estar seguro de que mañana no perderemos el tiempo. -        Si la hay, pero no la creerías. -        ¿A qué te referís? -        Te lo muestro más tarde, ahora vamos, tenemos muchas cosas que ajustar. -        Ja ja, me hacés pensar en lo que no debería. -        No lo pienses, no se trata de eso. -        ¿De qué? Sho solo dije, no aclaré. -        Vaaaamos. –Me sale en un tono cansino y subo los ojos mientras me levanto de mi asiento y salgo de la oficina, Manuel me sigue. Cuando estamos frente a los demás muchachos, los de mi equipo les digo: -        Chicos, el principal nos da sólo la tarde de mañana para resolver esto, no les voy a mentir, es probable que la familia de Laso ya esté muerta, pero aún así es algo que tenemos que hacer, por el momento cada uno a su puesto, los que regresan al hotel por favor de una, no se pongan a perder el tiempo, los que puedan reunirse conmigo mañana a las ocho en el lobby, estará perfecto, los que no puedan, no pasa nada. -        De acuerdo comandante, pero que sea a las ocho- el capitán torres siendo muy gracioso, algunos parecen reír con su chiste pero disimulan, otros ignoran el comentario. -        Si capitán,  será a las ocho, si por alguna razón no puedo estar ahí, cada uno conoce sus responsabilidades, y con los que puedan los veré después del almuerzo en el mismo hotel, hasta entonces. Luego de eso cada uno de mis hombres va saliendo de la comisaría y bajan al parqueadero donde los esperan los compañeros argentinos, espero a que todos bajen y luego bajo yo detrás de ellos, Manuel me sigue como una sombra, en absoluto silencio pero sin alejarse más de un metro. -        Vamos Manuel, necesito un café -        Si, voy detrás de vos. Llegamos al auto de él y me paro junto a la puerta del copiloto, entonces él me mira extrañado y le digo: -        No me mires así, no soy un bicho raro -        Ja ja, no, raro no, rarísimo. -        Bobo, abre la puerta mejor, no quiero conducir. Entonces el abre el auto y yo me siento, me ajusto el cinturón y el da la vuelta y se sienta detrás del volante, entonces me pregunta para dónde vamos y le pido que me lleve a un café, pero uno diferente, lejos del hotel, necesito pensar… Pasamos la siguiente media hora en medio de un trancón, sin pensar mucho me dedico a ver la ciudad a través de la ventana del auto con el vidrio totalmente abajo, me apoyo con un codo sobre la puerta y así sostengo mi cabeza, la noche de Buenos Aires tiene un aire ensoñador, si no fuera por la cantidad de trancones, sería estupenda. Luego llegamos a un café bar que queda al lado del mar sobre la avenida doctor del valle, jaja, los nombres de las calles acá son una locura, el cafecito       muy bonito y casual, me da el espacio íntimo que necesito para planear con el inspector el día siguiente, así que al llegar busco una mesa que esté más bien al fondo, dónde pueda sacar mi cajita sin tanto lío. Nos sentamos y pedimos comidas y bebidas para ambos, mientras se siente el aroma salino en el ambiente mezclado con el de las comidas que se preparan y el café que permanece en el aire interno, la música de tango nos armoniza el ambiente y la decoración es enteramente en torno a su folclor. -        ¿Te gusta Marion? -        Sí, me agrada, gracias, creo que es justo lo que necesitaba. -        Bueno, ahora dime, que proponés, porque te confieso que esta cumbre, está más emocionante, pero también más agotadora de cualquier otro evento que hasha tenido que organizar. -        Ja ja, ¿Cuántos eventos has tenido que respaldar como policía? -        Siendo sincero… dos, pero el anterior sólo era una cosa local de un cumpleaños de una compañera. -        Ja ja ja, eres un bobo -        Y vos, ¿Has tenido muchos eventos de éste tipo? -        Pues la verdad sí, ya este sería el quinto, pero el cuarto fue un fracaso total -        ¿Lo decís por la senadora? -        Sí, no fue sencillo entender que había pasado, y es un caso que sigue creciendo, parece una hidra, así como en la mitología griega… -        Si te comprendo, pero hasta ahora has jugado a la altura que te ponen -        Afortunadamente, sino, ya no estaría contando la historia. -        Bueno, retomando, ¿Qué proponés? -        Por ahora propongo que comamos, después ya veremos, pienso mejor con el estómago lleno. -        De acuerdo. Mientras como, me pongo a pensar, en dónde podrían tener a tres personas adultas retenidas contra su voluntad sin que generara sospechas, tendría que ser en alguna parte subterránea, a ellos los engañaron para que vinieran solos a buenos aires, y quizás ni siquiera los tienen retenidos, en cuyo caso quizás los haya visto alguien más, pensaría que lo primero es buscar los registros del vuelo, si vinieron por su cuenta, ellos habrán presentado sus propios pasaportes, lo segundo es ver que no hayan salido de la ciudad por avión, por tierra pudieron salir y nadie lo sabría. Por otra parte podemos tomar registros fotográficos del aeropuerto, el asunto es saber la fecha exacta en que vinieron, y después podríamos estar buscando a éstas personas por días… Quizás no lo logremos… Sin embargo, aún nos falta algo, no hemos revisado el edificio donde se encontraron Laso con el tipo alto de corte de tazón. Creo que ese es otro punto a revisar, ojalá pudiera encontrarlo, pensándolo bien, él puede tener una pista, tal vez no sea necesario establecer un bloque de búsqueda por toda la ciudad, quizás sólo atrapándolo a él… pero ¿y si él ya se fue? -        Lo dudo- La voz en mi cabeza me susurra de nuevo –debe cumplir la misión de Jazz. Es cierto, con Laso fuera y Jazz muerto, yo seguiría siendo la piedra en el zapato en el cierre definitivo de la investigación, y el tipo ese estará buscándome para evitarlo… Así que termino mi comida y le digo a Manuel. -        Manuel -        Dime mina. -        Si te muestro algo, ¿Prometes no asustarte? -        No creo que nada que tú me muestres me pueda asustar. -        Promete que no gritarás. -        ¿Me vas a torturar? – Pone cara de coqueto y con su sonrisita de medio lado le quita la seriedad a mi petición, así que le lanzo una servilleta y le digo. -        No seas bobo, promételo y presta atención. -        De acuerdo, lo prometo. Entonces me concentro e invoco mis cartas, la caja se materializa poco a poco pero bastante rápido para dar la sensación de una congregación de puntos oscuros y luego solidificándose totalmente se detiene el efecto. -        Genial, sabes hacer trucos de magia, ¿Y ahora qué harás? -        No es un truco barato sabes, y no se hacer magia de esa, esto es real. -        No juegues conmigo Marion Durand. Así que abro la caja y Manuel mira con desconfianza, su postura cambia un poco alejándose de mi, entonces saco las cartas y comienzo a barajar, pregunto si Laso aún sigue con vida y sale el as de oros, lo que significa que sí, luego pregunto si el hombre alto sigue en la ciudad y sale el ocho de bastos, lo que de nuevo significa que si, y finalmente pregunto si la familia de laso está en la ciudad y con vida, y me sale el diez de copas, lo que significa que sí, y están juntos, incluso es probable que estén bien. -        ¿Qué se supone que haces con esos naipes? -        No son naipes Manuel, son cartas de tarot. -        ¿Me estás cargando? -        No creo que sea tan fácil cargarte con una mesa de por medio, pero si te refieres a si te estoy haciendo una broma, no, en definitiva no lo es. -        De acuerdo, ¿Y para que tienes eso? ¿Eres una bruja? -        No, bueno, no me considero una, quizás si lo sea, pero apenas estoy aprendiendo, y tranquilo, no te pienso convertir en sapo por más desagradable que seas. -        Supongo que debo darte las gracias. -        Ja ja ja, que tonto, mira, con esto es con lo que me desvaro cuando no tengo idea de por dónde seguir, es algo relativamente nuevo, comenzó poco después del caso de la senadora. -        ¿Y cómo…? -        Luego te cuento las cosas que me han pasado, y todo lo que he aprendido, por lo pronto, necesito que termines y llames a tus hombres, a los que se fueron con Laso al hospital, estoy segura por ésta carta –Se la señalo- que está con vida y por ésta otra, –señalo el ocho de bastos- que el hombre alto va a intentar matarlo, pero debemos atraparlo, no matarlo, pues él debe tener información de la familia de Laso. -        De acuerdo, oficialmente te enloqueciste Durand. -        ¡Ay Manuel! Reaccione, le estoy diciendo lo que está pasando, vamos y me creerá. -        Okey, digamos que te creo, ¿Cuánto tiempo tenemos? ¿Por qué no las usaste antes para encontrar a tu amiga y detener a tu hombre? -        Porque las cartas pueden saberlo todo, pero solo responden lo que yo les pregunto, y hay preguntas que no se me ocurren hasta que las cosas encajan, es algo así como tener un aliado en el mundo energético. -        Marion –Manuel me mira como sintiendo compasión de mí- No te creo, pero no te voy a dejar como una loca. Entonces coge su teléfono y marca a sus hombres, le informan el hospital en el que se encuentran y le informan que hasta ahora todo va bien, y que al parecer Laso está estabilizado. Al escuchar eso, cuelga la llamada mientras me mira a la cara con una desconfianza que puedo tocar, luego se termina su comida sin decir una sola palabra, y finalmente se levanta, vamos a la caja y él paga, yo le quiero poner algo pero me dice que se ofende si lo hago, así que guardo mi dinero y volvemos al auto, rumbo al hospital donde está Laso.
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