BASTIAN (TRES AÑOS ATRÁS) La audición salió perfecta. Me dieron un libreto y tuve que aprenderme el guión en veinte minutos antes de interpretar a un empresario poderoso, de esos que imponen al andar en un lugar, con un ego hasta el cielo, mal encarado y sobre todo altanero. A la llegada, todos los participantes estuvimos en un camerino de lujo. Los canapés que nos dieron eran de productos de primera calidad, como caviar y salmón. Nos habían recibido con una mimosa de bienvenida y todo el lugar se encontraba ambientado como si se tratara de una especie de spa. De todas las audiciones a las que había acudido, nunca me había tocado ver algo similar. La producción iba en serio. Estuve todo el día audicionando y a la espera de que iniciaran la siguiente fase, pues habíamos quedado c