ULISES Me tuve que morder los dos huevos para aguantar el hecho de que Penny estaba en compañía de otro hombre. Nunca esperé una reacción así, de mi parte, por ella. Lo mejor sería ignorar la situación. Tenía que centrarme en el hecho de que estaba sentado frente al señor Mandela para hablar sobre el nuevo proyecto que mi empresa tenía en mente, y él era la persona indicada. Estaba en plena plática con Mandela y a pesar de que mi posible socio estaba muy animado con la conversación sobre la propuesta del proyecto, yo no podía sacarme de la cabeza a esos labios rojos que dibujaban una sonrisa malévola cada vez que la veía. Me había jodid*o solo al decirle que dormiríamos en cuartos separados. Mi nerviosismo por reventarle la boca al idiota que estaba sentado frente a ella hacia que m