Serenity.
"Oh no. Demonios". murmuró Clary en voz baja en el momento en que ella y yo dimos los primeros pasos de lo que todos conocemos como una educación miserable. O en otras palabras, el instituto. Ella frunció el ceño mientras yo suspiraba.
Me agarré a la correa de mi bolso. Lo que parecían minutos eran segundos hasta que estábamos dentro. Todo el mundo recogiendo los nuevos horarios, las nuevas combinaciones de taquillas, y simplemente el caos de siempre. El último año estaba a punto de ser un lastre; un lastre muy, muy doloroso.
"¿Cuántos problemas tendría si me pillaran con cerillas, encendiendo un par de cartuchos de dinamita en la cafetería?" preguntó Clary sin parecer divertida en absoluto.
Me reí mientras avanzábamos por los pasillos. Todo el mundo parecía haberse olvida
