02.

1409 Words
Eran las cinco y quince minutos, me faltaba poco para terminar el diseño del banner. Estaba nerviosa, sentía que no era lo suficientemente bueno como para complacer a Ares. Me había esforzado mucho en hacerlo de la mejor manera, use técnicas de minimalismo. Termine guardando el boceto y fue entonces cuando en mi campo de visión se apareció Zack, haciéndome sobresaltar y ahogar con mi propia saliva. —Ellen, lo siento tanto por lo que paso en la tarde—dijo mirándome con esos profundos ojos azules, me derrito en mi asiento y asiento quedamente—, De verdad lamento haber explotado así contigo, no tenias la culpa. Fue un accidente. —No…no te preocupes—respondí tartamudeando, respire profundo—, Soy muy torpe, lo siento—logré completar. —Vale que sí, pero no merecías que te gritase de esa manera—dijo finalmente—, Te lo compensare, toma—sacó una chocolatina de su saco y me la entrega rosando su delicada mano con la mía, me flaquean las piernas y siento que me desmayare en cualquier momento. —Gra-gracias, no te-tenias porque molestarte…—respondo con la poca dignidad que me queda.  Me guiña su ojo y se pierde entre los pasillos del edificio. ¡Me tomó en cuenta! j***r que no soy invisible, Sandra desde su cubículo me da una mirada cargada de emoción. Ella sabe que ese simple gesto me ha dejado mas enamorada que nunca. Y que probablemente le dedique unos cuantos suspiros más. Sonrío genuina, feliz, placida, me ha regalado una chocolatina, mi favorita cabe aclarar, para disculparse. ¿A que es atento? Me encanta. —¡Ya bota esa cara de boba! —reclama Sandra, corriendo a mi cubículo cotilla—, Después de todo no ha sido tan idiota, al menos se disculpó. —Te lo dije, solo fue una mala reacción—respondo contenta, mostrándole mi chocolatina—, ¿Ah que es un encanto? ¡Es justo mi favorita! —¿Ellen? ¿Ya tienes el diseño? ¿Por qué sonríes como poseída? —pregunta mi jefe, acercándose a mi escritorio. —¡Porque Zack se ha disculpado y le ha regalado una chocolatina! —responde Sandra y mi jefe hace una mueca de lado. —Me alegra que me haya hecho caso—responde mi jefe y de pronto pincha el globo de ilusiones en el que me encontraba volando. ¿O sea que lo ha hecho por petición de Ares? No porque le importe… —Esta hecho, es este. ¿Qué te parece? —pregunto cambiando de tema, mi expresión cambio. Me duele el corazón y me decepciona el saber que no fue un detalle de su parte, si no que fue enviado por Ares. Ahora entendía porque sabia cual era mi chocolatina favorita, mucha casualidad para ser cierto. Ares mira con intriga la pantalla de mi ordenador. —Como siempre, me sorprendes mucho—felicita—, Tienes tantos talentos, te mereces un aumento—divierte y me río sin ganas. —Espero verlo reflejado en mi sueldo—respondo siguiendo su broma. Me pide enviárselo a su ordenador, lo hago y lo apago. Mi horario de trabajo terminó es hora de volver a casa. Con Sandra salimos a tomar el autobús, vivimos en el mismo edificio, pero diferente departamento. El suyo queda en frente del mío, al llegar subimos al ascensor y nos despedimos en la entrada. Giro el picaporte y entro a casa, Bonny aparece brincando con alegría y emoción hacia mí, lo abrazo y beso. Mi perro es mi mejor compañía, lo amo. Le sirvo de comer sus croquetas, le cambio el agua y me doy una ducha. Saliendo relajada y con un aire de tranquilidad, busco algo de comer en el refrigerador y opto por una pizza congelada, la coloco en el microondas, treinta minutos mas tarde, me la devoro completa. Moria de hambre, sigo con mi cuerpo enrollado en la toalla, voy a mi habitación y tomo mi pijama favorito y descorcho una botella de vino tinto, mi favorito. Me sirvo una copa y camino a la sala estar, enciendo la tv y me siento en el cómodo sofá, Bonny se sube y echa a mi lado. Busco una película que llame mi atención y me decido por una comedia romántica, de una chica que regresa a su natal Italia. El timbre suena y me levanto a abrir la puerta, no sin antes fijarme por el ojo de quien se trata. Veo a mi jefe, parado en frente. ¿Qué quiere? —¿jefe? ¿Está todo bien? —pregunto con cautela, al abrir la puerta. —¿jefe? Esos formalismos solo en la oficina, soy Ares. —responde, haciéndome a un lado y entrando a mi casa. —Claro pasa, estas en tu casa—ruedo los ojos con sarcasmo, entra y se sienta en el sofá. —¿Ibas a ver una película sola? ¿Tomando vino? —pregunta sorprendido, alzando su ceja izquierda. —¿Sí? —respondo con intriga. —, ¿Qué tiene de malo? —Es deprimente, Ellen—responde ofendido—, ¿Qué fue todo eso hoy en la sala de juntas? —¿Qué cosa? —pregunto sin comprender a que se refiere. —¿En serio sigues enamorada del idiota de Zack? —pregunta con su ceja levantada nuevamente. —No le digas idiota, no lo es—defiendo y me mira con una sonrisa burlona—, Es… —Vale, no lo digas. Es obvio que si—responde interrumpiéndome—, ¿Por qué no simplemente se lo dices o lo invitas a salir? —¡Porque soy tímida! ¿No crees? —respondo exagerando con mis manos, se echa a reír. —¡Ellen es solo un chico! ¿No crees que si eres sincera seria mejor? —pregunta. —¡No es tan fácil! Por años he intentando no parecer tonta en su presencia, pero si normalmente soy un desastre, cuando lo tengo cerca soy doblemente torpe—suspiro con resignación, me sonríe con gracia. —¡Hey! No eres torpe, solo muy distraída—responde divertido y golpeo su hombro—, ¿Qué te parece si te ayudo? —¿Ayudarme? ¿Cómo? —pregunto confundida. —Hagamos un plan, eres buena para eso—responde seguro—, Tú me ayudas, yo te ayudo. —¿Y como puedo ayudarte? ¿O en que mejor dicho? —pregunto sin entender. —Con Amanda, me ha tratado como basura. Terminamos hace dos semanas ¡Y ya esta con otro! —responde con tristeza, Amanda es su ex novia. —, ¿Me ayudarías? —¿Puedo negarme? —pregunto con diversión y riendo niega con su cabeza, estuvo muy deprimido las ultimas dos semanas luego de su rompimiento—, Entonces lo haré. ¿Qué tengo que hacer? —Fácil, ayudarme a darle celos—responde meneando sus cejas de arriba abajo—, Siempre estuvo celosa de ti, porque creía que había algo entre nosotros. Ya sabes relación, jefe-secretaria. —¡Iugh! ¿Tu y yo juntos? ¡Ni en broma! —me quejo divertida y me empuja suavemente del hombro—, ¿Qué tendría que hacer exactamente? —Fingir ser mi novia, subir fotografías, acompañarme a eventos y esas cosas—responde convencido—, Y yo te ayudare a eliminar tu pánico escénico. Además, que podríamos darle celos a Zack también, siempre le ha gustado meterse con las chicas que me interesan… es una ventaja. ¿Qué dices?  —No estoy segura, ¿Y si eso solo lo aleja de mí? —pregunto con inseguridad—, No creo que le interese, como para ponerlo celoso por andar contigo. —¿Qué no? tú déjamelo todo a mí, me encargare de hacerlo sentirse celoso hablándole de lo increíble que eres como novia—responde sonriendo triunfal—, ¡Lo tendrás a tus pies, Ellen! —No lo sé…—respondo encogiendo mis hombros—, Ares tú necesitas a alguien que sea muy afectuosa, yo muero de vergüenza siempre. Peor si hay cámaras, no creo que pueda ayudarte. —¿Y como crees que superaras tu miedo escénico? —pregunta seguro—, Acepta, te juro que nos beneficiaremos ambos. —Vale, hagámoslo—respondo aceptando y dándome por vencida.
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