La emoción corre en mis venas, ya quiero ver a mis trabajadores en la nueva oficina, espero y les gusté este nuevo lugar, pero lo que más me emociona es pintar los cuerpos de mis nuevos modelos.
—¿A dónde tan feliz?— me pregunta Maciel.
—Trabajo— me siento en un banco y me recargo en la barra —Pero hablando de felicidad.
—Oh vamos.
—Mire salir a ese hombre del baño— le digo sonriendo.
—Fuimos a bailar, lo miramos y Vero y yo dijimos ¿Por qué no? Y pues.
—¿Y Vero?.
—Se fue cuando se despertó, su representante se enojó, porque subió una foto dándonos un beso de tres a su cuenta pública.
—¿En serio?— saco mi celular para mirar.
—Ya la borro, la amo, pero odio ser su secreto.
—Muchas modelos son abiertamente lesbianas, bisexuales y todo lo que tiene que ver con la comunidad l***q+, pero a la mejor su empresa no la deja, odio esas empresas.
—¿Debería de hablar con ella?.
—¿Sobre qué?.
—Bueno, para decirle que no renueve su contrato, que tu agente la represente, él no tiene problema de eso y es muy bueno en lo que hace.
—Puedes decirle lo que sientes, sé honesta, dile que ya no quieres estar en el closet, pero que se cambie de empresa no lo creo, su papá es el dueño de la agencia.
—Salir contigo era más fácil, ¿Por qué terminamos?.
—Nunca anduvimos, solo fuiste mi experimento para aprender lo que es el placer, conocer mi sexualidad— le digo, riéndome —Pero sabes que te amo.
—Lo sé, lo sé.
—Se me hace tarde— le doy un beso —Corre a ese hombre de mi departamento, espera ¿Por qué estás aquí?.
—¿Por qué aún no empieza mi turno?.
—Tienes un departamento, literalmente está debajo del mío.
—Costumbre, además la mayoría de mis cosas están aquí.
—Corrección, todas tus cosas están aquí.
—Oh, mira, ya son las 11:40.
—Mierda.
—Maneja con cuidado.
Se suponía que debía de haber llegado a las 11, Mila me va a matar, pero yo soy la dueña, no tengo por qué tenerle miedo, pero Mila da mucho miedo cuando se enoja, mierda corre Keres corre.
En cuanto me subo a mi carro, suena mi celular e imploro con cada célula de mi cuerpo que no sea Mila.
—Hola— digo con temor.
—Keres estará muerta cuando llegue.
—Mila, que gusto ¿Cómo está tu día?.
—Mal, mi jefa no es puntual y tiene cosas que firmar.
—Llego en 5.
—Contaré el tiempo— me dice y cuelga,
¿Es normal que una empleada me amenace de muerte? Tiene que serlo, definitivamente tiene que serlo.
Conduzco con cuidado a la oficina, me estaciono en mi lugar como según indica mi contrato, me siento tan emocionada.
—¿En qué puedo ayudarla?— me pregunta una empleada.
—¿Perdón?.
—No puede entrar a este edificio sin que tenga cita o trabaje aquí— me mira de arriba a abajo —Y es claro que no trabaja aquí.
Pero qué perra.
—Mila— le digo en cuanto contesta mi llamada.
—Ya pasaron 5 minutos.
—¿Por qué una empleada no me permite entrar?.
—¿Qué dices?.
—Al parecer la empresa Monroe sé cree dueña del maldito edificio y no me dejan entrar a mi piso.
—Nadie tuvo problema para entrar, llamaré a seguridad.
—Tendremos que tener a alguien aquí, no puedo permitir que mis clientes se topen con esto.— la miro.
—Lo sé, me encargaré de eso.
—Eso espero.
Veo llegar a mis modelos y los saludo, me acerco a la empleada y le entrego mi tarjeta.
—Soy dueña del último piso, si llegas a detener a alguien más, haré que pierdas tu trabajo y evitaré que tengas otro en esta ciudad.
La miro y le hago una seña para que me sigan, vamos Keres, no dejes que arruine tu día, Mila se encargara de eso y no sucederá otra vez, pero si llega a pasar Mila va a terminar sin trabajo junto con esa empleada, respira Keres, respira.
—Esperen en la sala, firmo unas cosas y sigo con ustedes.
—Está bien— me contesta el modelo 1.
—Ok— me dice la modelo 2.
Entro a mi oficina y Mila ya me está esperando, pongo mi maletín y bolsa en el escritorio para después sentarme.
—¿Mírame, estoy mal vestida?.
—Para nada.
—La estúpida de la empleada me miro de arriba abajo y no me dejo entrar, ¿estoy más sexi que ayer? ¿Brillo o es por la marca de ropa que uso?.
—ignoraré lo demás— me dice —Apoyar a empresas de tu localidad es algo que se tiene que hacer, en vez de apoyar a grandes marcas que posiblemente tenga empleados trabajando sin un salario fijo, que sus empresas dañen el ambiente con sus desechos de pinturas.
—Lo mismo opino, marcas locales y sustentables son el futuro, además apoyamos a la economía de la ciudad.
—Sin contar que te gastas una fortuna en que te hagan prendas personalizadas.
—No es tanto, con lo que p**o por un conjunto completo, incluyendo zapatos y accesorios, te puedes comprar un bolso LV o Prada.
—Regresando al trabajo, Jorge está emocionado con las nuevas pinturas, los empleados están felices con las nuevas instalaciones y disfrutan de tener aperitivos y bebidas gratis.
—Te dije, ¿Cómo va la organización de la boda?.
—La novia solicito cambio de manteles nuevamente, puedes mirar el archivo.
—El nuevo mantel es más caro y se sale del presupuesto.
—La novia pregunto si podemos hacer el cambio y mantener el mismo presupuesto.
—¿Es el primer evento que organizamos?.
—Sí.
—Ok, pero no puede hacer otro cambio que se salga de su presupuesto, la fecha está cerca y si lo hace el precio subirá, que más.
En caso de que quiera cambiar otra cosa que esté en presupuesto, asegúrate que lo tengamos en bodega y si no hay, no se hará ningún cambio, su boda en dentro de dos meses y ya no podemos hacerlos más.
—Necesito tu autorización— señala la firma —¿Cómo está, Vero?.
—En problemas, ¿miraste la foto?.
—Beso de tres, desnudos.
—Ese detalle no lo menciono Maciel.
—Maciel te oculta detalles porque te ama.
—Lo sé— le entrego la carpeta —Estaré ocupada.
—Atiende el teléfono.
—Diles que pasen.
Abro las puertas corredizas que dan al estudio de arte, me cambio de ropa para pintar más cómoda y no mancharme mi ropa.
—Mi nombre es Keres Thompson— me presento —No es necesario que me digan sus nombres.
—Ok— me dice la modelo 2.
—¿Qué tenemos que hacer?— pregunta el modelo 1.
—Es fácil, pero antes de que comencemos, necesito que firmen este contrato— se los entrego —Soy una artista que trabaja bajo un seudónimo, por lo que mi identidad es secreta, el contrato habla, que tienen prohibido hablar con otras personas sobre lo que hablaron, hicieron en este lugar.
—¿Y si no firmamos?— me dice el modelo 1.
—Pueden retirarse— señalo la puerta —Si lo firman les aseguro que será una experiencia que no olvidaran sin contar el p**o, no se preocupen por sus rostros, esos no serán pintados.
—¿Qué clase de arte haces?— me dice la modelo 2.
—De todo un poco, pero los desnudos son lo mío, el erotismo, texturas, colores.
—¿Puedes decir quién eres?— me dice la modelo 2.
—No, ¿Entonces?.
—Yo estoy dentro— dice el modelo 1.
—Igual yo.
—Lean el contrato, firmen y después quítense la ropa por allá.
El escenario está listo y mi lienzo está en blanco, en el Godete pongo diferentes tonos de rojo y rosa, saco mis pinceles y espero a que salgan, me cosquillean las manos, ya quiero comenzar a tocar, a pintar.
Pongo música para relajar el ambiente y los veo salir con un poco de pena, es normal en principiantes, pero amo, cuando esa inseguridad se plasma, hacen una pintura maravillosa y única. Algo que es una experiencia que vale la pena vivir.
—Modelo 1— señalo al hombre —Modelo 2— señalo a la mujer.
—Ok— contestan.
—Modelo 1 de espaldas, modelo 2 ponte justo a la mitad de tu lado izquierdo.
—¿Dónde está la tela roja?.
—Asi es— le contesto —Ahora levanta las manos y forma una cruz con tu muñeca.
—¿Asi?.
—Perfecto— agarro un pincel y el godete —La pintura no dañará su piel, ¿Puedo aplicarla?
—Si— contestan ambos.
Pinto desde el cuello, hombros y espalda del modelo 1, justo la parte que se es visible, paso mi mano tocando su espalda y puedo sentir su piel erizándose ami tacto.
Cargo con pintura roja el pincel y la pongo en la mano izquierda de la modelo 2 para que parezca que está escurriendo, hago lo mismo con la mano derecha pero con pintura rosa.
Al final quite el velo para que lucieran mejor las poses de ambos y lo puse como tipo frazada para que no se vea de todo la desnudes de ella.
Comienzo a trazar y jugar con las dimensiones de cada uno de ellos, mi mente viaja plasmando cada detalle de ellos, desde un pedazo no pintado hasta el exceso de pintura que corre en sus cuerpos, me acerco para tener más detalles.
No tengo idea de como llegamos a este punto, pero me encanta pinto los pechos de ella en diferentes tonos y los plasma en un lienzo, me pongo en cuclillas y pinto los testículos del modelo 1 y los plasma con cuidado.
Su m*****o comenzó a crecer, logrando llamar mi atención, la modelo 2 pone pintura a lo largo de mi brazo, luego mi hombro hasta llegar a mi pecho. Termino enredada con ellos, sus cuerpos se acomodaron tan perfecto que no pintarlos es una lástima.
Paso mi lengua por el cuello de ella mientras, él toca sus pechos, las manos de uno toca al otro, puedo sentir el erotismo del momento llenando la habitación, al igual que los gemidos diciendo lo bien que se siente.
—Diga— contesto el teléfono cuando él me penetra.
—La cita de la 1:30 llego.
—¡Sí!— gimo —Tráelo a la habitación, no… a mi oficina.
—Ok.
Lanzo el celular, y me giro para quedar arriba y tomar el ritmo, la modelo dos se coloca sobre la boca del modelo uno, mientras yo me muevo y cayó los gemidos de ella con un beso.
Nuestros movimientos se vuelven más rápido a medida que el placer crece, la tensión conocida camina por mi cuerpo hasta liberarme en un delicioso y maravilloso orgasmo.
Arte lleno de placer puro.