Conocida entre las élites de Palermo por sus tratamientos de fertilidad, estaba ahora en caos absoluto. Policías, oficiales judiciales y técnicos de informática no dejaban de entrar y salir, recorriendo cada pasillo, abriendo cajones, rebuscando entre archivos y ordenadores. Lo que parecía un lugar de esperanza para muchas familias se había transformado en el epicentro de un escándalo colosal. Un fraude que iba más allá de lo imaginable. Angelo Queen estaba sentado en la pequeña oficina de Alessia, la dueña y cabecilla de la operación, quien había “desaparecido”. Frente a él, el ordenador de la clínica mostraba un laberinto de archivos, nombres, fechas, y códigos. La pantalla parpadeaba mientras pasaba de un documento a otro. Había confiado en este lugar. Luna había confiado en este lug