Desperté con la alarma de mi celular. La verdad era que había dormido poco. Había tenido que consolar a Brian. Aun no podía creer que mi hermano le había terminado. En cierta parte me tranquilizó no ser yo la razón, pero enserio no podía creer que le había terminado a Brian por el asunto de que ya quería ser padre. Me pareció algo estúpido. Mi amigo había quedado destrozado. Me di una rápida ducha y salí de mi habitación, para encontrarme a Brian en la cocina. Había preparado todo un banquete. Supuse que se había pasado toda la madrugada en eso, cocinando. Porque cocinar siempre había sido como una terapia para él. Y por sus ojeras supe que efectivamente no había dormido nada. Sus ojos también estaban hinchados de tanto llorar. -Buenos días – lo saludé. -Buenos días – saludó él, sirvien