NARRA IAN Desperté al sentir unos besitos por toda mi cara, y al abrir los ojos, me encontré con los ojazos de Angelina, los cuales me observaban con devoción. Esa niña me tenía loco de amor. No era por serle infiel a mi sobrina Kate, pero Angelina simplemente causaba un efecto hipnótico en cualquiera. No había duda de quién era hija. -Vaya, que buena forma de despertar a alguien – susurré, estirándome para desperezarme. Noté que Angelina estaba vestida con el uniforme de su escuela. De seguro ya iba de salida y quería despedirse de mí. -Quiero ser una princesa, y eso solo es posible si se besa a un príncipe – dijo ella con una inocencia que me hizo encoger el corazón. Angelina era simplemente adorable. Por razones como esta, era que quería tener mis propios hijos. Que una niña, muy