Nada estaba saliendo a como yo quería. Caleb había llegado a primera hora a mi casa, incluso aún me encontraba en pijamas cuando mi padre llamó a mi puerta, indicándome que mi amigo había llegado por mí. Pensé que mi nuevo encuentro con él después de la noche anterior, se iba a tornar extraño. Pero no había sido así; de hecho, él había tomado todo como si no hubiese pasado nada, pues ni siquiera mencionó el tema. Después habíamos ido por Fanny, quien me había costado gran trabajo sacarla de la cama para que nos acompañara. Era increíble lo floja que era la chica, además del humor de mierda con el que se levantaba. Incluso al verla hacer gestos encolerizados frente al espejo mientras cepillaba su cabello, me provocó ganas de golpearla. Y justo ahora nos encontrábamos caminando a través