NO VOY A CASARME

1140 Words
ALEXANDER - ¿Me van a casar con la loca? Acaso les contagió lo que tiene para que hayan planificado algo tan descabellado. - Fueron cláusulas de tu abuelo hijo, no hay nada que tu madre y yo podamos hacer – mira a mi madre buscando apoyo y viendo como ella lo mira sé que lo tiene. - Ustedes saben que amo a Laura y me voy a casar con ella – intento razonar. - Lo sabemos, pero el testamento es muy claro. Solo podrás heredar el 80% de la empresa si te casas con la heredera de sangre de los Méndez, y en un matrimonio que al menos dure 1 año. El otro 20% si llegan a tener un heredero para ambas familias. Si no llegas al año con un heredero, ella tomará ese 20% como una retribución a lo que hicieron por nosotros. - ¡Es que es una estupidez! Debemos poder hacer algo, decir que se nos volvió senil el abuelito quizás… - ¡No dejaré que pongas en duda la cordura de mi padre Alexander! ¿quieres la empresa? ¿quieres el cargo? ¿el poder? ¿las ventajas? Asume las responsabilidades. - Saben qué, ¡no quiero nada! me largo hoy mismo de aquí. No necesito ver sus caras. Conduzco por la ciudad sin rumbo fijo. Odio pelear con mis padres, siempre nos hemos llevado bien, pero desde que llegó Laura ellos se volvieron obsesivos con el tema de Anna, intentando metérmela por los ojos y ahora lo entiendo todo. Es que algo debió hacer esa maldita mujer para que me toque ahora esto. ¡Eso debe ser! Está tan obsesionada con el dinero que debió encontrar la forma de obtenerlo de mi familia y está chantajeando a mis padres con eso. No puede ser de otra manera, ahora me tocará averiguar con qué… Y mi pobre Laura, la mujer más dulce y desinteresada que he conocido en mi vida, una víctima de esta lunática. Tengo que ir a contárselo, encontrar una solución juntos o puedo renunciar a todo, eso, ¡puedo renunciar a todo! tengo algo de ahorros de los años que llevo trabajando en la empresa, escalando de puesto en puesto para llegar a dirigirla en algún momento, podemos empezar de 0 si estamos juntos y tengo ganas de ir a decírselo. Doy la vuelta y me dirijo a la casa de la mujer que amo para empezar una nueva vida. LAURA Escucho al idiota frente a mí y no entiendo cómo puede hablar tan feliz de vivir juntos con la miseria que me ofrece, acaso este hombre se golpeó la cabeza para no pensar un poquito en lo que me está ofreciendo. ¿Renunciar a su fortuna? ¿dejar la empresa familiar? ¿una casita? ¿hijos? ¿otro perro y dos gatos? ¡DEBO DETENERLO! Eso es, se me ocurre una idea grandiosa, debo empezar a llorar. - ¿Por qué lloras preciosa? - Vas a tener que renunciar a tu vida entera, a la casa en la que naciste, al trabajo que tanto amas por una mujer mala. - Pero estaremos juntos bebé, empezando nuestra familia. - Lo sé bebé, es lo que más deseo pero la fundación, la fundación que tanto trabajo me costó y solo mantengo gracias a tu ayuda, ¿qué será de los niños? Con mi trabajo de modelo no me alcanzará – veo su rostro preocupado y sé que conseguí lo que quería. La historia de la huerfanita que ayuda a otros huerfanitos es lo que conquistó a Alexander, el hombre más frío, el del corazón impenetrable. No me juzguen, no es mi culpa que los hombres tengan el complejo de salvar damiselas en peligro, después de todo tampoco soy huérfana, pero vamos, él lo asumió cuando me conoció y me encontró viviendo en esa pocilga, yo solo no se lo aclaré. - Tienes razón, no puedo ser tan egoísta. Pero, ¿qué haremos entonces? - Podrías casarte con ella… Sería solo un año. - ¿Estarías dispuesta a dejarme hacerlo? - Es la única forma de ayudar… a los niños. - Después del año me divorciaría y podríamos empezar nuestra vida juntos. Ella se conformará con el 20% de la empresa, estoy seguro. - ¡No! Tenemos que tenerlo todo – se me sale un tono no acorde con mi personaje por la pasión del momento. – No amor, no podemos permitir que se salga con la suya, además yo no puedo tener hijos, lo sabes, en lugar de adoptar podríamos tener un bebé tuyo – espero no haberlo arruinado. - Laura… ¿Acaso escuchas lo que has dicho? dejarías que traiga al mundo a un niño de esa forma – rayos, debo arreglarlo, lloro más. - Es que quiero tanto un bebé que tenga tus ojos, pensé que quizás ella sería como un vientre de alquiler… Nos daría nuestro bebé y al final si le damos dinero sé que se alejará de nuestras vidas y podremos tener una familia nuestra, viendo la sonrisa de tu abuelo en nuestro hijo, quizás el cabello de tu mamá, el carácter de tu padre… Lo siento amor por pensarlo – lo veo y sé que logré lo que quería. - Está bien bebé, si estás dispuesta a todo eso por mí, estoy dispuesto a todo por ti. Iré a hablar con mis padres y les diré que he aceptado. - Gracias bebé, solo te pido algo, prométeme que pase lo que pase siempre voy a ser la única mujer que ames. - Nunca amor, nunca dejaré que ella ocupe tu lugar, que nos separe. Y así señoras, es como se convence a un hombre de hacer lo que sea por una. Tomando en cuenta que lo convencí de que soy virgen y me estoy guardando para el matrimonio, pues esto fue un juego. No es mi culpa en realidad, empecé a trabajar en su empresa como su asistente, un trabajo que no pagaba mal, pero tampoco para darme mis lujos. Al principio me trataba con frialdad, como el imbécil que es con medio mundo, hasta que tuve un “accidente” y guardé reposo. En la oficina informé que me caí haciendo voluntariado en una construcción de una escuela para niños huérfanos. Sí, sé que es una historia rebuscada, no pensé me creerían, pero ahí estaba él, mi jefe, frente a mi puerta ese mismo día. Me llevó comida, me llevó flores y se conmovió por la humildad de mi vivienda. No podía decirle que vivía en ese hueco porque debía mucho dinero por mis gastos excesivos, tampoco que me había caído borracha divirtiéndome con un hombre que no recuerdo su nombre. Decidí entonces seguirle la corriente a la historia que se iba armando y así, sin más, capturé al hombre más poderoso de la ciudad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD