—Hola apuesto joven, ¿eres algo para Jully mi media hermana? —Le dice con tono de aires de grandeza.
— ¡Buenos tardes hermosa dama!, es un gusto conocer a una mujer tan refinada como tú. — Le contesta Leonel haciendo reverencia mientras le coge la mano y le besa mirándole a los ojos.
— ¡Qué caballero es, buen mozo! ¿Cómo te llamas? —Sara tiene un brillo intenso en los ojos.
—Leonel Maldini hijo del arquitecto Paolo Maldini dueño de la Constructora “Zeus”. —Le contesta con orgullo.
Yo escucho la conversación mientras noto en los dos cierta química: son atractivos, hijos de millonarios, jactanciosos, ambiciosos y pedantes. Son tal para cual, para mí es mejor que estos dos se hagan pareja y me dejen tranquila.
Es hora de hacer el trabajo de Microeconomía, Leonel demora porque sigue conversando con Sara. Yo con mis compañeros me adelanto a hacer la tarea, pasan varios minutos hasta que viene Leonel. Siempre con sonrisa burlona se acerca a mí.
— ¡Es una mujer espectacular tu hermana!, no te pareces en nada a ella mojigata. —Jaja, jaja, jaja se ríe a carcajadas delante mis compañeros.
— ¡Dedícate dirigir al grupo para acabar la tarea de una vez! ¡Estúpido! ¿Quieres ganarte otra bofetada? —Me hace tener unas rabias que me pongo roja.
Una de mis compañeras me dice que no le siga la corriente a Leonel, que se porta así con su nueva víctima. Paulatinamente la atrapa y las hace suyas. Le doy gracias a ella por advertirme lo astuto y sinvergüenza que es este ricachón engreído.
Tardamos hasta casi hasta el anochecer para acabar la tarea, menos mal llegamos al final. No soporto más tener a Leonel cerca de mí. No puedo negar que es muy inteligente ya que hizo la mayor parte de la introducción, objetivos y marco teórico del trabajo.
Mis compañeras a pesar de todo, admiran a Leonel por el talento que tiene para hacer los trabajos de forma eficiente y eficaz. Al despedirnos mi hermana llega del trabajo topándose con nosotros en la puerta de afuera. Ella entra en su carro Audi color blanco acompañado del chofer.
Sara se acerca dirigiéndose a Leonel para proponerle una jugosa oferta de trabajo. Él acepta gentilmente y al despedirse de mi hermana si dirige a nosotros con estas palabras:
— ¡Soy el mejor! Sin hacer nada me llegan los trabajos. Voy a trabajar con tu hermana, Jully. ¿No tienes celos? ¿No te sientes mal porque tu hermana es más inteligente que tú? ¿Por qué no me dices nada? ¿Se te comieron la lengua los ratones? —Jaja, jaja, jaja se ríe sarcásticamente.
Estoy a punto de perder los estribos, pero veo que llega mi papá. Él nos saluda respetuosamente a todos, menos mal o si no hubiera sacado a patadas de la mansión a Leonel.
Es de noche y antes de descansar papá nos llama a cenar. Yo llego primero a la mesa, luego él y finalmente mi hermana Sara.
Él nos pregunta: ¿cómo nos fue el día?, ¿hay novedades?, ¿todo está en orden?
— Papá fue un día bastante cansado por el trabajo en grupo con los chicos de la universidad. —Le contesto bostezando y con los ojos que se me cierran de sueño.
—Cena rápido mi amor veo que estás cansada. Date un baño y ve a dormir. —Me dice mi padre mientras me acaricia las mejillas.
— ¡Padre te tengo una novedad! —Le dice Sara con entusiasmo.
—Dime Sarita que novedad es que te veo llena de alegría. —Le contesta.
— Voy a contratar una persona para que sea mi asistente personal al ayudarme a dirigir la subgerencia financiera de la aseguradora. —Le contesta mientras me regresa a ver con mirada de superioridad.
La cena se acaba, todos vamos a dormir después de un largo y pesado día por lo menos para mí, ya que mi hermana está muy contenta contratando a Leonel como su asistente financiero.
Aseguradora “Brandy”
La prestigiosa aseguradora “Brandy” cuyo dueño absoluto es don Diego Brandy mi padre, él ha trabajado durante décadas para llegar a poner a la compañía entre las mejores de Latinoamérica. Se siente orgulloso de su gente y trabajo.
Este día después de clases y de presentar el trabajo en grupo con éxito gracias a la excelente exposición de Leonel, tengo que admitirlo que es un buen orador, me llama mi padre para llevarme a conocer la Aseguradora, con gusto lo acompaño.
Me pasa recogiendo de la universidad para ir juntos al trabajo. Cuando llegamos aquel edificio tiene 40 pisos de alto. ¡En verdad es un mega-aseguradora!, su estructura exterior está echa de cristales y por dentro pintado totalmente de blanco. Tiene esculturas echas de mármol, grandes ventanas, el piso es alfombrado de color gris, las puertas con acabados refinados de caoba, varios cuadros coloniales colgados en las paredes y cientos de empleados moviéndose por todos lados.
Mientras sigo observando mi papá con sonrisa risueña me dice:
—Mi amor todo esto pertenece a ti y a Sarita. Espero que te gradúes de la universidad para colocarte en la parte de fianzas de la aseguradora como directora ejecutiva.
— ¡Gracias papá! Haré todo el esfuerzo posible para merecer ese puesto importante en la aseguradora. —Le digo con cierto recelo y duda.
Mientras seguimos charlando, Sara llega a la aseguradora. Cuando entra por la puerta principal todos los empleados incluso los ejecutivos la reciben como si fuera la dueña. Todos la tratan con reverencia y respeto, al acercarse a nosotros saluda a papá dándole besos en la mejilla y luego a mí pero solo me tiende la mano.
Yo quiero ganarme el cariño de ella pero me doy cuenta que es casi imposible hacerlo, ¡no sé por qué es tan fría! Noto claramente su ambición por poseer todo solo para ella. Es triste saber que existen personas así; aman el lujo, el poder, el dinero, el privilegio, pero se olvidan de lo más hermoso de la vida que es el amor, lo sencillo que es poner en práctica tan maravilloso sentimiento.
Aquella tarde todos los directivos, ejecutivos y gerentes se reúnen en el último piso. Papá me lleva acompañándolo. Subimos por el ascensor hasta el piso más alto, todos esperan por él.
Al entrar a la sala presidencial de reuniones, miro dos meseros arreglando una inmesa mesa ovalada con varias sillas alrededor, están vestidos con chalecos negros, camisa blanca y pantalón del mismo color. Arreglan la mesa y luego colocan copas, bocadillos y un par botellas de vino tinto. Luego entra la secretaria gerencial con varias carpetas en mano para dar a cada uno de los presentes, les hace sentar en la mesa dando comienzo a la reuión.
Me siento a lado de papá, empieza hablar de negocios, estrategias y fusiones con otras entidades importantes. Todos están atentos a las palabras de mi padre, luego dan sus distintos puntos de vista y objeciones hasta que finalmente llegan a un acuerdo. Antes de acabar la conversación, los meseros sirven el vino con los bocadillos a cada uno de los presentes, mi padre hace un brindis agradeciendo por la completa colaboración de sus empleados.
Acaba la reunión un hombre alto de ojos negros cabello azabache, vestido con terno plomo, camisa negra y un chaleco del mismo color saluda a mi padre, él me presenta, su nombre Diego Martínez, el vicepresidente de la aseguradora. Debo suponer que es la mano derecha de mi padre al tener semejante cargo gerencial.
Él me mira con ojos coquetos, parece que le gusto no niego que es atractivo, pero no confió en los hombres aunque sean grandes ejecutivos todos al final resultan siendo los mismos: traidores, mentirosos, manipuladores, groseros y un largo etc...
— ¡Hola Jully es un placer conocerte, mi nombre es Diego Martínez vicepresidente de la aseguradora de tu padre! Espero conocernos mejor en otra ocasión. —Me dice mirándome a los ojos apasionadamente.