Continuando con la Vida

2205 Words
~CEO Ariel Montes~ Mientras se me perdía de la vista esa mujer que prácticamente estaba dejando inconcluso cualquier tipo de situación en mi vida, ¿Cómo iba a intentar olvidarla? estaba en una situación en la cual la incertidumbre principalmente de llegar a sobrevivir sin siquiera volver a saber dónde llegar a encontrarla, era lo que principalmente me inundaba de un sentimiento profundo de tristeza y desesperación ¡Era casi que imposible no llegar a sentir eso! Pero también estaba la otra situación que estaba aconteciendo dentro del lugar donde nos encontrábamos con Anesha. Por el alboroto y sin prestar mayor atención a esa situación en específico, no veía por ninguna parte a Anesha al momento de haber salido de la habitación dónde momentos antes me había entregado al deseo de Rubí, a pesar que existía mucho movimiento en ese momento. Las sirenas se escuchaban y las ambulancias de las autoridades comenzaron a llegar al lugar por lo que había sucedido en ese lugar y del cual literalmente no era consciente de la gravedad del asunto y de lo que ahí mismo había acontecido, más que solo llegar a importarme qué Rubí se había marchado con un cuerpo ensangrentado sin saber si ella se encontraría bien, aunque por la herida definitivamente mi inquietud y desesperación no paró un solo segundo y siempre mantuve la incertidumbre de llegar a conocer el verdadero estado en el cual ella se encontraba. Me encontraba en un aparente shock por la incertidumbre, pero al momento de reaccionar lo primero que hice fue regresar a la habitación para recoger mis pertenencias e ir inmediatamente por Anesha, que se encontraba en otras habitaciones conjuntas con las señoritas que le habían ofrecido esa noche, sin saber que se encontraba casi en la misma situación que me sentía tras el alboroto de saber que la balacera dejo un saldo muy negativo en el lugar. Dirigiéndome de inmediato a la habitación donde se encontraba Anesha y tras abrir, mostró extrañeza por la manera en la que me acerque a tocar la puerta para que saliera inmediatamente, salió a medio vestir y con el rostro desconcertado me preguntó. —¿Qué ha sucedido Ariel, te encuentras bien? ¿No deberías de estar refugiado en cualquier habitación del lugar? —¡¿Cómo podría hacer eso?! Tengo el corazón acelerado y la mujer por la cual pague no era precisamente la persona que esperaba ver esta noche, por muy extraño que parezca y realmente no sé por qué sucedió, pero Rubí estuvo aquí presente ¡El asunto es que ella desapareció y ahora en el lugar hay varios muertos y tenemos que marcharnos de aquí porque no quiero estar involucrado en problemas que no nos compete involucrarnos! —Espera ¿Cómo así que varios muertos en el lugar? ¿Por qué Rubí tendría que estar aquí? —preguntó Anesha sin salir de la sorpresa. —Deja que me cambie y nos marchamos inmediatamente de este lugar, porque según lo que me estás diciendo es grave y de ser de esa manera creo que este lugar nunca más volverá a abrir sus puertas. —terminó por acotar Anesha. Traté la manera de esperar pacientemente en la puerta, pero decidí marcharme inmediatamente hacia dónde se encontraba mi auto estacionado, no deseaba para nada que algún oficial o medio de comunicación que ya se encontraba dentro de las instalaciones me tomaran para alguna declaración, en ese instante lo único que deseaba era retirarme del lugar porque la desesperación que llevaba por Rubí era inmensa, lo único que me quedaba era intentar averiguar si ella se encontraba bien. Unos minutos esperando en el auto, Anesha llegó precipitado haciéndome el comentario que le realizaron algunas preguntas las autoridades, respecto a la permanencia en el lugar, era más que obvio que la única respuesta que nosotros en todo caso debíamos de declarar, era que estábamos presentes por el simple hecho de ser atendidos por una mujer del lugar. ¡No existía ningún otro tipo de explicación para nuestra permanencia en el lugar! Tomaron sus datos para corroborar cualquier tipo de duda que tuvieran al respecto, lamentablemente también tuve que dejar mis datos y de esa manera fue cómo quedé fichado en un lugar del cual nunca hubiese deseado que mi nombre estuviese involucrado por algún tipo de incidente ajeno totalmente a mi voluntad, pero que de alguna manera la persona que lo había provocado aparentemente tuvo conexión conmigo esa noche y días atrás, sólo que nada de eso se llegó realmente a comprobar. Al momento de encontrarnos a salvo en la residencia de Anesha, no falto el momento para que le aclarara lo acontecido en el lugar a lo que no me pude negar en lo absoluto. —Ahora vas a explicar lo que me comentaste cuando llegaste a sacarme de la habitación ¿Cómo es eso que la mujer por la que pagaste para estar toda la noche con ella, se trataba de la misma que ya conocías? ¡Eso quiere decir que pagaste cientos de dólares por estar con alguien que veinticuatro horas antes estuvieron gratis en un hotel! —¡No creas que no llegue a pensar de esa manera! —recalqué en ese instante, a lo que mencione inmediatamente después. —Pero sinceramente el dinero no me importa ni me interesa en lo más mínimo! de lo único que ahorita estoy completamente desesperado y necesitado saber urgentemente, es precisamente de ella, porque momentos antes de llegar contigo, alcance a observar que se estaba retirando del lugar con una herida en el abdomen o en el pecho, llevada en brazos por otra persona, no logré alcanzarlos a pesar de haber apresurado mis pasos, realmente me siento desesperado y ansioso por saber la condición en la cual ella se encuentra, no tengo manera o forma de llegar a saber la condición de ella y eso es lo que me hace sentir aún peor. —Pero ¿Cómo es que ella resultó herida, acaso no se encontraba contigo al momento que sucedió todo esto? porque la verdad sí escuché los disparos, pero por estar completamente entretenido y con la música un poco alta nunca me imaginé que se trataba de algo grave, por lo que vuelvo y te repito ¿Cómo es que ella salió herida si se encontraba contigo? Anesha contaba con sus dudas al respecto y era más que obvio que tenía razón, pero la razón nunca fue mi fuerte. —¡No precisamente estaba a mi lado cuando aconteció eso! —exclamé con certeza. —¿Entonces? ¿No será que ella también está involucrada en eso? Anesha era muy intenso y definitivamente no deseaba contar lo que conversé con Rubí en esa habitación, por lo que evadía la verdad de lo que sucedió y solo le hice saber lo que consideré adecuado. —El problema sucedió que se terminaron los preservativos, entonces ella insistentemente salió en búsqueda de ellos, fue el momento exacto en el cual comenzó todo el problema en el lugar. —Sinceramente me resulta muy extraña esa situación Ariel, pero entonces ¿Cómo es que alguien más se la llevo? —preguntaba sin salir de la duda. —Me imagino que la persona que se la llevo en brazos definitivamente tuvo que ser alguien conocido y seguramente también la llevó a algún tipo de centro asistencial, pero lamentablemente no puedo estar de un lado para otro buscándola de esa manera ¡Siento que pondría su vida en peligro sin saber realmente lo que llegó a suceder ahí adentro! —No me creas idiota Ariel, algo sucedido y no quieres hacérmelo saber, pero entonces ¿Qué es lo que quieres hacer? —Creo que lo mejor que puedo hacer es terminar de pasar la noche y salir mañana mismo de regreso a Guatemala, al final de cuentas no tengo la certeza si la puedo llegar a encontrar y sabes que soy de las personas que no se involucra en problemas ajenos, así que te pediré de favor que mañana a primera hora me acompañas al aeropuerto para que a más tardar en ocho días me envíen los autos que servirán para el negocio. —¡Lamento profundamente que esto haya sucedido Ariel, Aún te quedaban algunos días para seguir aquí y lamento que esto tenga que acabar de esta manera! así que no te preocupes sólo descansemos y en cuanto despertemos iré personalmente a comprar el boleto para que te regreses, así también espero que después de esto no vuelvas a fijarte en mujeres de las que no sepas absolutamente nada de su vida. —me advirtió mientras colocaba su brazo en mi hombro. Ahí mismo comenzaba el regaño de mi primo, haciéndome ver lo que no debía hacer a pesar que toda mi vida hasta ahora, siempre me fije metas y compromisos con mi vida moral, pero aun así continúo diciéndome algunas cosas más, sabiendo que era al único y a mi madre que le permitía corregir algunas cosas de mi vida privada. —Sería bueno que no te involucrarás sentimentalmente con cualquier mujer, ¡Al menos no con ese tipo de mujeres que tengan el aspecto de Rubí, porque te has dado cuenta de lo que son capaces de hacer y literalmente puedes llegar a estar involucrado en graves problemas por enamorarte de la persona incorrecta! hazme caso y verás que tengo toda la razón y te irá mucho mejor en la vida ahora que cuentas con un gran imperio. Para que todo quedara bien entre nosotros esa vez, terminé mi conversación con afirmar que no sucedería nuevamente. —¡Definitivamente no tengo la más mínima intención de fijarme en otra mujer! Sé que va a llegar el momento en el cual definitivamente tenga que hacerlo, pero tomaré cartas en el asunto y tratare la manera de distraerme de otras maneras menos riesgosas como esta. Para nada me sentía satisfecho por lo que estaba sucediendo, pero de alguna manera tendría que comenzar a superar esta situación, no pensaba de alguna manera quedarme con la esperanza que ella en algún momento me volviera a buscar, porque la empresa estaba esperándome y los negocios no daban tregua alguna. El destino estaba hablando y todo parecía indicar que era la manera correcta y el momento preciso para dejar las circunstancias de esa manera, sin continuar interviniendo o forzar la situación con Rubí, no tenía la más mínima idea si en algún momento determinado volvería a ver a Rubí ¿Cuánto deseaba volver a verla? porque literalmente nuestras almas ya estaban juntas y ella se había robado gran parte de la mía, así que no era tan sencillo solamente desprenderme de un sentimiento que de alguna manera de la noche a la mañana se apodero de mi ser, creció y se fortaleció y ahora era casi que imposible arrancármela del pensamiento y del corazón. Rubí Echeverri se había quedado con todo el deseo de mi vida y volver a verla era mi última esperanza, volver a estar con ella una sola vez más, para no dejar que se marchara de mi lado, sólo necesitaba encontrarla, pero nunca supe por dónde Comenzar. “Mientras que Ariel se marchaba de Estados Unidos de regreso a Guatemala con el pensamiento puesto en Rubí y deseando cruzarse en su camino de nuevo. Rubí se encontraba en recuperación, afortunadamente la bala no fue muy profunda y la herida tenia solución, pero que igualmente necesitaba cuidado y atención, eso nunca le faltó y al momento de recuperarse unos cuantos días después del incidente, recobro el conocimiento para entonces preguntar con desconcierto en su voz.” —Salomón, ¿Ariel dónde está? ¿Qué le sucedió? no me digas que le sucedió algo, porque de ser de esa manera no sé quién va a pagarlo, pero con alguien tengo que desquitarme. A salomón no le sentó nada bien la pregunta de Rubí, pero en el estado de salud en el que se encontraba, omitió esa parte y respondió. —¡No te preocupes mi querida princesa de la mafia! Ariel se las arreglo según me informaron, también creo que desapareció del estado, porque lo vieron saliendo de la residencia de su primo como a eso de las diez de la mañana rumbo al aeropuerto, así que no sabemos exactamente para dónde se dirigió, pero puedo asegurarte que está en perfecto estado, en una sola pieza, pero ¿Cómo te sientes? Rubí no le interesaba otra situación más que la misma vida de Ariel, así que exclamó en voz alta en compañía de Salomón que no se encontraba muy feliz que Rubí preguntara nuevamente por Ariel Montes. —¡Eso quiere decir que se encuentra bien! Seguramente puedo averiguar hacia donde se dirigió en el vuelo de esta mañana, así que eso hare de inmediato. —Lo siento Rubí, pero de aquí no sales, aparte de eso tengo una sorpresa que darte. —respondió enérgicamente Salomón. Con el rostro lleno de extrañeza, Rubí observo que Salomón no se encontraba solo en el lugar y la persona detrás de Salomón salió a la luz. —Hola mi princesa, ¡Es un placer que te encuentres recuperada! —¡Patrón! ¿Qué hace aquí? ¡Don David Selvanegra!
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