De Nadie Más

2387 Words
Rubí Echeverri se vio envuelta en una inmediata situación en la cual parecía ser que se le complicaría la misión que se le había encomendado, el distribuidor con orgullo de considerarse uno de los más fuertes de la zona, se comportaba de la manera más pretenciosa y orgullosa posible, que después de haberse insinuado de una manera pacífica o tranquila delante de Rubí, había cambiado por completo su comportamiento y ahora estaba tratando la manera de tratarla como a él se le daba la gana, era una situación de la cual Rubí no podría permitir que sucediera como tal, estaba reconsiderando el hecho de continuar actuando y no sacar inmediatamente una de las dagas que tenía pegadas en sus muslos, por debajo de ese hermoso traje n***o con mayas por debajo de la bata que vestía y con una de ellas degollar inmediatamente, al parecer no era precisamente eso lo qué salomón había conversado con Rubí al respecto. Unas horas antes… —Mi princesa, prácticamente lo que tienes que hacer podría decirse que es más sencillo de lo que parece, pero con una persona como el chaparro en muy pocas ocasiones los planes que se tienen pensado realizar, no funcionan como tal. Rubí recibió las instrucciones exactas de lo que debía hacer esa noche con la víctima, a lo que ella continúo escuchando pacientemente, aun así, no terminara haciendo lo que exactamente Salomón le indicaba. —Al principio con toda certeza va a tratar la manera de ganarse tu confianza y cuando crea que así sea, aún no será el momento de actuar, comprendo que es muy difícil estar con una persona la cual no deseas compartir ni siquiera el mismo espacio, pero déjame decirte que es nuestro trabajo y que muchas veces tenemos que pasar por circunstancias en la vida en la cual debemos hacer aquello que no nos satisface. —suspiró Salomón ante Rubí. —Pero como lamentablemente el trabajo es una misión a cumplir debemos ser muy específicos y certeros en lo que estamos haciendo, no puedes dejarlo con vida ¡Ni siquiera intentes burlarte porque con el menor respiro que le provoques, con ese mismo puede actuar en tu contra! la idea es que salgas con vida! —¿Pero no puedo sólo recibirlo, estar unos dos o tres minutos y luego cortarle el cuello? sabes que trataré de ser lo más cautelosa posible y directa, no pienso ni deseo entretenerme más de lo que cualquiera puede esperar, considero que es un trabajo de máximo quince minutos. —¿Podría ser? el asunto Rubí es que él no viene solo y seguramente habrá muchas escoltas por fuera de la habitación y según tengo entendido sí no da una señal cada cinco minutos, ellos ingresarán a la fuerza y tengo el temor de no reaccionar a tiempo. —resaltó Salomón a la situación. —Pero si durante treinta minutos estuvo dando la señal, entonces eso quiere decir que está todo bien, las escoltas se alejan sólo se quedan dos y él continúa con su acción, a lo que quiero llegar con esto Rubí, es que tienes que aguantar por lo menos treinta minutos, pasado ese tiempo puedes actuar de la manera que se te antoje, porque mientras se encuentren presentes los guardaespaldas que se mantienen afuera de la puerta donde se encuentra, no podemos estar rondando el lugar para que no sospeche. —¡Haré Todo lo que está en mis manos! tratare la manera de soportarlo por ese tiempo, pero no te aseguro ni te prometo nada. Aparentemente todo estaba planeado de parte de Rubí y Salomón, se sabía con exactitud que Salomón debía solamente actuar si lograba escuchar algún tipo de auxilio de parte de Rubí, mientras tanto debía de mantenerse completamente alejado y confiado que ella lograra hacer el trabajo correctamente y como se había conversado. Tal cual se lo había asegurado Salomón, las escoltas se encontraban por fuera esperando cautelosamente las señales que el chaparro les enviaba, de eso se percató inmediatamente Rubí al instante que el chaparro le exigió que le bajara los pantalones con la boca, lanzó una moneda a la puerta eso significaba que estaba bien. Rubí aún no lo hacía de esa manera, pero al instante que se acercó para intentar hacer lo que le había exigido el chaparro que le provocará, Rubí optó por bailar, la música se subió de volumen un poco más de lo normal, ella estaba completamente desesperada y asqueada de la situación, ¡Pero realmente todo era provocado por qué Rubí minutos antes había salido de la habitación de Ariel, esa era la causa específica por la cual Rubí no pretendía pasar más de diez o quince minutos con la victima! Al instante que Rubí comenzó el baile erótico, sus prendas comenzaron a caer al suelo, dejando parte de su cuerpo a la vista del chaparro, este se excitó de tal manera que se le olvidó por completo lo que le había exigido a Rubí, por lo que se levantó de su lugar se desvistió y sin remedio alguno se acercó a Rubí al lugar donde ella estaba bailando. La insistencia del chaparro en más de una ocasión que Rubí se colocara de rodillas para realizar una felación, pero ella no queriendo y trataba la manera de evadir esa situación, pero el chaparro queriendo e insistiendo la tomó por la fuerza de la cabeza, la acercó a su intimidad y al instante Rubí con su mano izquierda desprendió de uno de sus tirantes la cuchilla que tenía escondida. Antes de acercar sus labios por la fuerza a la intimidad del chaparro, Rubí le tomó con la mano derecha la herramienta viril lo que le hizo indicar al traidor que posiblemente Rubí iba a realizar lo que él deseaba, pero antes de llevar a cabo lo qué Rubí estaba pensando, lo observo detenidamente a los ojos, de rodillas cómo se encontraba, para entonces exclamar. —¿Podría arrancarte este trozo de carne? —exclamó mientras sostenía la cuchilla en la otra mano. —¡Hazlo de la manera que lo desees hacer! —pronunció el chaparro, imaginando que Rubí, actuaría como se lo estaba imaginando en su pensamiento, literalmente el chaparro le otorgó el permiso para que le provocara la amputación de su parte íntima, ¡Sin saber claramente la manera en que eso iba a suceder! Rubí sonrió misteriosamente e inmediatamente apretó con su mano derecha con toda la fuerza de rabia en ese momento, lo estiró permitiendo que en ese instante el chaparro sintiera algún tipo de satisfacción, pero posteriormente Rubí extendió su mano izquierda para cortar desde el tronco el viril del chaparro, ¡Gritos de dolor extremo fue lo que experimentó el chaparro en ese instante! pero la música estaba con el volumen alto, lo que de alguna manera llegaba a confundirse los gritos de dolor con gritos aparentemente de posible placer, lo que confundió a las escoltas que se encontraban por fuera del lugar, susurrando entre ellos. —¡De seguro que al patrón lo están haciendo gozar de una manera especial esta vez! Con toda seguridad lo estaban haciendo gozar de una manera distinta, con mucho dolor y rabia de parte de Rubí, al instante de haberle provocado la amputación, el chaparro intentó tomar de la cabeza a Rubí, logrando desprender unos cabellos, al mismo tiempo que pronunció. —¡Maldita que me haces hecho hijo de puta! esto lo vas a pagar con tu vida perra desquiciada. Rubí adelantándose a los hechos antes que el chaparro lograra tomar alguna arma, se dirigió hacia donde se encontraban las dos armas de fuego del chaparro, pero el traidor lanzó una de las sillas mientras ella corría a tomar las armas, eso provocó que ella cayera inmediatamente al suelo y se golpeara la cabeza. No quedó inconsciente para nada o en lo absoluto, pero sí provocó que no lograra alcanzar las armas en ese momento, situación que fue aprovechada por el chaparro para correr a pesar de la herida que le provocó Rubí, se estaba desangrando, pero eso no le impidió correr hacia donde ella se encontraba herida. Al instante la tomó por el cabello para levantarla y tirarla con fuerza hacia la pared para levantar sus armas y aparentemente darle muerte, pero Rubí al momento que se estrelló contra la pared de espalda, siendo una mujer fuerte, atrevida y prácticamente sin miedo a lo que sucediera en ese momento, tomo la daga y la lanzó a la espalda del chaparro, mismo que al sentir la daga atravesando su espalda se quejó nuevamente del dolor pero tomando una de las dos armas del suelo, antes de siquiera disparar, Rubí ya estaba por delante de él, lo tomó por las manos intentando que soltara el arma pero el chaparro era más fuerte definitivamente a pesar de las heridas que ya le habían mermado la fuerza. —¡Maldita perra! ¿Quién te envío a hacerme esto? de aquí no vas a salir con vida y tu cabeza se la voy a enviar al maldito desgraciado que te mando a hacerme esto. —¡Dudo mucho que lo consigas cerdo asqueroso! sólo para que sepas quién me envió hacer el trabajo y para que al momento que te vayas al infierno sigas atormentado, fue David Selvanegra el que me envió eliminarte. —respondió Rubí con su alma desquiciada. —¿Llegaste a creer que siempre te ibas a salir con la tuya? al menos llevaras ese nombre tras tu muerte y también quiero que recuerdes el mío si es que me llegas a ver en el infierno, mi nombre es Rubí y soy tu verdugo, esta noche vengo a reclamar tu alma maldito desgraciado. El chaparro quedo mudo por la situación, lo que provocó que perdiera por completo el control de la situación, Rubí tomó el arma entre sus manos y le vació la tolva completa en el pecho, pero para que no quedara duda alguna sobre lo hecho, disparo tres veces más con la otra arma en la cabeza, ¡La vida del chaparro se extinguió inmediatamente y Rubí cumplió con el objetivo! Lamentablemente el caos no terminó ahí, al instante que se escucharon los disparos, las escoltas intentaron abrir la puerta a la fuerza sin lograr el objetivo, por lo que tras disparar a la chapa de la puerta estaban a punto de ingresar, pero en ese instante Salomón González juntamente con los demás llegaron al lugar para atacarlos y someterlos a su voluntad. El problema resultó que las escoltas comenzaron a reaccionar al fuego y dispararon al aire en varias ocasiones y en una de ellas hirieron a Rubí, debido a que la puerta ya se encontraba abierta, el ataque continuo y el cruce de balas no cesó, lo que al momento provocó que alguien más que se encontraba en el lugar más alejado de ese espacio en el que todo estaba aconteciendo llegara a sentir curiosidad por los mismo. —¿Qué estará sucediendo? ¡Rubí! pero si Rubí de seguro se encuentra en un lugar seguro, tengo que salir a ver que se encuentre bien, ¡Necesito saber que Rubí está bien! Ariel Montes tras escuchar los disparos sin cesar uno tras otro alborotando todo el bar, lejos de sentir solamente curiosidad por lo que estaba aconteciendo su verdadera preocupación definitivamente era que Rubí se encontrará bien, sabiendo que ella debía hacer algo de lo cual no le mencionó específicamente a lo que se refería, pero Ariel Montes necesitaba saber que Rubí se encontraba bien. Mientras Ariel Montes salía de la habitación para dirigirse hacia el lugar de donde se escuchaban los disparos, los hombres de Salomón González siguieron repeliendo el ataque no dejando que ninguno de ellos escapara, pero lo más importante es que Salomón ingresó inmediatamente a la habitación para cerciorarse principalmente que el chaparro estaba muerto pero al ver a Rubí sentada a la orilla de la cama con una herida de bala en el pecho corrió hacia donde ella se encontraba tomándola entre sus brazos. —¡Rubí por favor dime que estás bien! ¿Cómo fue que llegó esa bala ahí? tengo que sacarte inmediatamente de este lugar para sanar esa herida y no perderte mi querida Rubí, tú no te puedes morir así, ¡No así! Al instante salomón llevándola entre sus brazos mal herida se alejó del lugar, en tanto que los demás se encargaban de someter a las escoltas del chaparro, Rubí iba ensangrentada y Salomón González no fue la única persona que la observo en ese estado. —¿Sera ella Rubí? no puede ser lo que estoy viendo, a Rubí la llevan en brazos con heridas de bala, tengo que ir tras ella y saber que se encuentra bien. Al instante que el CEO observó que un hombre llevaba a Rubí cargada en sus brazos, se percató que ella se encontraba herida, lo que provoco que los persiguiera inmediatamente sin importar lo que estaba ocurriendo a su alrededor, la angustia se veía en su rostro a simple vista, la angustia y el dolor de ver a la mujer que amaba y deseaba con el alma, alejándose, herida y sin saber exactamente hacia donde se dirigían. Ariel los persiguió a toda prisa para no perderlos y saber qué era lo que había sucedido, no importó haber dejado lo que podría haber olvidado en esa habitación, lo más importante era que Rubí estuviera bien sin importar la razón, porque ella se había robado algo más que sólo su corazón. Al momento de salir tras ellos se fueron perdiendo de su vista, perdió por completo a Rubí de vista no logro alcanzarlos y mientras llegaba al auto, ellos ya se habían marchado ¿Qué habrá sido de Rubí desde esa última noche? porque desde ese momento comenzó a perder la esperanza que en algún momento determinado la volvería a encontrar en su vida. Mientras que en el auto en el que se conducía Rubí, antes de desmayarse y perder por completo el conocimiento, Rubí exclamó con el aliento que le sobró. —Ariel, ¿Dónde estás Ariel? Por favor no me dejes. Salomón alcanzó a escuchar a Rubí, por lo que en silencio exclamó Salomón. —Me encargaré personalmente que te olvides de Ariel, solo eres mía Rubí.
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