Encuentro completamente inesperado para cualquiera de los dos, situación que prácticamente en escenarios distintos, era más que imposible que Rubí y Ariel se encontraran para alimentar esa planta de amor que sembraron en Massachusetts.
Sin embargo, el destino decidió que sucediera de nuevo para intentar en esta ocasión que alcanzaran liberarse de tanto sentimiento oculto en sus corazones, no directamente entre ellos, sino más bien por el hecho que Rubí principalmente deseaba encontrar un hombre que llenará ese profundo vacío de su corazón, que a lo largo de tantos años había estado sufriendo del dolor del cual no lograba salir y sanar.
Así mismo Rubí lo que anhelaba en su corazón era encontrar esa persona que se convirtiera en su ruta de escape de ese mundo de la mafia en la cual se encontraba, guardaba las esperanzas que esa persona, que ese hombre llegará a su vida ofreciendo una vida completamente distinta, sin lujos, pero que por lo menos le ofrecieran un corazón lleno de amor y de muy buenas intenciones.
A todo esto Rubí anhelaba que Ariel se convirtiera en la persona indicada para entregarse y encontrar esa verdadera salida, sólo que en el trayecto de la situación también veía difícil que el CEO intentará aceptar la condición por la cual ella estaba atravesando, debido a que en las pocas ocasiones que lo trató directamente. Tras entregarse con ese deseo y ese amor del cual no alcanzo a sentir antes, lograba captar que Ariel al poseer una diferente condición social, una manera distinta de pensar y de manejarse en su vida, significará un obstáculo para concretar la relación que le permitiera ser libre de la mafia.
¡A todo eso le estaba huyendo Rubí, a la mala vida, a la mala fama incluso le estaba huyendo a la muerte! a pesar que en muchas situaciones se la encontraba de frente, pero que aun así lograba salir de cualquier circunstancia adversa, aun así, Rubí lograba esquivar la muerte que siempre estaba detrás de ella esperando el momento para llevarla a otra vida donde tendría que pagar por sus acciones, así que después de todo Rubí lo único que deseaba era ser libre y sentirse amada.
Tras este nuevo encuentro entre ellos, Rubí despidiéndose de Ariel Montes de una manera muy cariñosa dejando nuevamente el sabor de sus labios en su rostro, no bastó más que eso para que Ariel se sintiera excitado por su repentino encuentro, contaba con la certeza qué sin duda alguna llegaría a su empresa.
Ariel estaba más que emocionado e ilusionado porque algo revoloteaba en su corazón, dejando ese sentimiento que en esta ocasión ella no se volvería a desaparecer, estaba realmente ilusionado, imaginado que sus caminos no se volvieran a cruzar para mal, sino que más bien se cruzarán en la misma dirección, ¡Era lo que Ariel deseaba y seguramente también lo qué Rubí anhelaba!
Así que tras despedirse de igual manera el CEO se despidió de Brenda, que no dejaba de sonreír por la manera en la cual ellos plasmaron ese encuentro.
Al momento de que cada quien tomaría por su lado. Rubí y Brenda tomaron camino de regreso al sur, que con ello prácticamente estarían terminando sus vacaciones de parte de las dos y cada una de ellas tendría que regresar a sus labores de cada día como cada año desde su adolescencia.
Sólo que desde ahora Rubí llevaba en su interior la ilusión de haber encontrado una nueva esperanza de vida y que sin dudarlo llegaría a buscar a Ariel para no permitir que se escapara y que no intentará entregar su cuerpo a otra mujer, aunque eso no era problema para ella, porque bastaba una sola mirada con caricias y roces de sus labios para provocar que el CEO no volviera a encontrarse con otra mujer para intentar olvidarla.
A todo esto, Rubí se quedó con la certeza que el CEO no tenía la más mínima intención de provocar algún tipo de romance con otra persona, debido a que su declaración de amor un tanto incompleta, le dejo entre visto que era la única mujer en su vida, así que mientras se dirigían a su lugar de destino Brenda y Rubí comenzaron a conversar entre ellas.
—¡Rubí, pero qué hombre tan hermoso! ¿Cómo es posible que en su momento no te quedaras con nada de su información personal? ¡Incluso! en tu lugar, no me despegaría de Ariel un solo minuto ahora que se han vuelto a encontrar. —Exclamó Brenda con ilusión en sus palabras.
—¡No exageres Brenda! Estoy segura de lo que hay con Ariel, ¿No has notado la mirada en sus ojos? Es más que suficiente como para darme cuenta que ese es mi hombre y soy su mujer.
—¡No estoy exagerando! ¿Sabes por qué? ¡Porque ese hombre aparte que me imagino que ha de ser millonario es realmente hermoso! no me quiero ni imaginar las revolcadas que se pegaron entre ustedes, porque de la manera en la cual se expresó a pesar que le causaste vergüenza, no dejo de sonreír y de imaginar seguramente todo lo que ustedes se hicieron cuando estuvieron juntos. —Mencionó Brenda con picardía en sus palabras.
—Estoy más que segura que ese hombre te desnudo cuantas veces se lo imaginó, mientras nos encontrábamos sentadas en esa mesa, aunque me imagino por la elegancia de ese hombre, que es más que un caballero ¿Oh me equivoco?
—¡Por supuesto Brenda! —Exclamó enérgicamente Rubí. —Si realmente no me quedé a su lado ahora mismo es por respeto a ti, salimos juntas, así mismo teníamos que regresar, recuerda que no soy de las personas que abandona a sus amigos y mucho menos a su familia.
—Perdóname hermana, pero en tu lugar, a ese hombre no lo dejo marcharse solo, ¡No me enojaría por una situación así! Porque Ariel esta para saborear algo más que los labios. —Exclamó Brenda con un ligero deseo en sus palabras.
—Es cierto que Ariel es un hermoso hombre e inspira deseo inmediato, ganas no me faltaron de llevarlo a una de las habitaciones del comercial, pero también te respeto y no era lo correcto en este momento. —Recalcó Rubí a su hermana.
—Así que ya existirá el momento ideal para hacerlo, aunque lamentablemente tengo que regresar a trabajar con David, a pesar de ello siempre encuentro el tiempo necesario y justo para hacer lo que desea sin repercusiones, de igual manera no desearía que David se entere que me he vuelto a encontrar con Ariel. —Susurró Rubí con desilusión.
—¿Podrías explicarme porque no? ¿A qué exactamente le tienes miedo Rubí? —Preguntó Brenda de inmediato al escuchar la desilusión de su hermana.
Rubí en su interior no deseaba que David o cualquier otra persona se acercara a Ariel, debido a sus malas intenciones y porque Ariel no debía involucrarse en los negocios de la mafia, por lo que Rubí terminó por comentarle a su hermana los motivos necesarios de su negativa a que David se enterara de esa relación.
—David se encuentra al pendiente de los negocios de Ariel, como entenderás estamos necesitados de una persona que nos fabrique los fondos en los autos, pero definitivamente no quiero involucrar a Ariel en este sentido, de verdad que nunca podría perdonarme si le llegara a suceder algo por mi culpa.
—En verdad no debiste permitir que esa información saliera de ti, pero no creo que Ariel acepte ese tipo de circunstancias en su vida, Ariel no es y dudo mucho que se convierta en un mafioso.
—¡Claro, me imagino que has notado la clase que tiene para hablar! —Respondió Rubí con arrogancia.
—Sin duda alguna es todo un caballero y por lo tanto así es como deseo tratarlo, porque me nace hacerlo y porque me excita, por eso es que no puedo cómo te lo expliqué, pero también no puedo olvidarlo de la misma manera que mencionó que intento olvidarme, sólo quisiera conocer a la perra que se lo llevó a la cama, para encontrarla y descargar en su pecho la munición de la tolva, para que aprenda que con ese hombre nadie se mete, y lo mismo podría ir para cualquiera que intentara siquiera voltear a ver a mi hombre.
—¡Tranquila Rubí, que aún no te pertenece! En proceso se encuentra, pero hasta que no marques territorio y no le hagas saber al mundo que es tuyo, sigue siendo de todas, así que te voy recomendando que te apresures a encontrarlo si no quieres volver a perderlo, recuerda que una persona regresa tres veces, la cuarta ya ni lo esperes sentada porque no va a regresar.
—¿Crees que eso sea cierto? Más bien creo que la persona que es para mi vida, nunca podrá alejarse para siempre. —Susurró Rubí con amor en sus ojos.
—La verdad es que no dejaría que ese hombre se me escapara si fuera tú. —Aseveró Brenda al instante.
—Es cierto que no deseas que se involucre, pero para ello tienes que ser muy directa, no puedes permitir que Ariel crea qué te dedicas a cualquier cosa, menos a la mafia, porque en algún momento de la vida se va a involucrar y no vas a saber cómo devolverle la libertad. —Le hizo ver Brenda a Rubí con verdad en sus palabras.
—Tienes que hacer todo lo necesario para que Ariel entienda a lo que te dedicas y si llega a alejarse de tu vida por esa razón, es porque realmente no era el destino a favor de ustedes, pero es más que evidente que a simple vista se puede notar que es un hombre que me dejaría más que satisfecha y seguramente nunca podría negarme a estar sobre su cuerpo.
—¡Pero baja la intensidad a tus comentarios hermana! —Exclamó Rubí con celos en sus palabras. —¿Qué parte que es mi hombre no has entendido? eres mi hermana e incluso puedes ser mi madre, pero eso no quiere decir que te voy a permitir que tomes a mi hombre. —Recalcó Rubí con enojo y soberbia.
—Solo era un comentario para ver si de pronto te devolvías a buscarlo de una vez y sin más espera, porque Ariel se notaba que se fue con el deseo de tenerte entre sus piernas.
—Desearía buscarlo hoy por la noche, pero ¿No sé qué piensas tú? más que todo porque mañana tengo que regresarme con David y seguramente me va a cargar de trabajo y no voy a encontrar el tiempo suficiente para volver con Ariel, porque creo comenzar a conocerlo y sé que puede llegar a desesperarse sin control y ansioso por verme otra vez, entonces ¿Qué piensas si sólo llegamos a casa, preparo mis maletas y me regreso para regresar?
—¡Sin duda sería lo más conveniente! Teniendo en cuenta que ahora sabes dónde queda la empresa, tienes el número y el deseo está más que puesto entre ambos, no desaproveches esta única oportunidad que el destino te ha entregado en tus manos mi hermana, pero también aprovecha para comenzar a preparar el terreno y que la confianza crezca para que sepa la verdad de ti, ¿Aunque espero que no corra a divulgarlo?
—¡Estoy más que segura que Ariel no es de ese tipo de hombres! —Le aseguró Rubí a su hermana.
—Aunque como te he mencionado, en todo caso entendería que no aceptará salir conmigo por esa condición, porque primero está su vida y su seguridad, así como la de su familia antes que el deseo de mi corazón de estar a su lado, simplemente no me puedo dar el gusto o el placer de sólo cogérmelo y que en algún momento determinado me lo arrebaten como me arrebataron al ultimó, de igual manera considero que Ariel no es de esa clase de personas y aunque me arriesgue demasiado, pero le diré toda la verdad sin dudarlo, esta noche ¡Ariel sabrá mi verdad!