Cuando logré que Iliang se calmara de la ira que la llamada de Ileannys le produjo, subí con ella hasta nuestra habitación, me di una ducha y al salir del sanitario, una vez que comprobé que estaba dormida, tomé mi móvil, y decidí sentarme en el sofá que tenemos allí en la habitación, marqué el número de Gelys. Insistí en llamar tres veces, sin lograr contactarlo, por lo que ante lo acontecido decidí marcar el número de Antonella. —Hola Ales —me responde al tercer llamado. —Hola mujer, ¿cómo están? —le pregunto observando a Iliang. —Bien, no pasó del susto afortunadamente —responde en voz pausada. —Me alegra saberlo —contesto—, ¿Gelys? —Está abajo con los chicos organizando la reconstrucción del muro y finiquitando con Anthoni el refuerzo el sistema de seguridad de toda la casa. —Lo