A la mañana siguiente asistí a la primera reunión que tenía con Adulfo Quiñonez, no me recibió, en su lugar fui recibida por otro de los presuntos designados. Aunque fue receptivo, no se logró nada fructífero para decir que hay un avance; igual sucedió en las otras dos reuniones que prosiguieron. Ahora en camino a lo que sería la cuarta reunión que como las anteriores, debería ser con Adulfo Quiñonez, pues este dio seguridad de recibirme, voy repasando en mi mente algunas de las ideas que se me ocurrieron para lograr su convencimiento, y que este a su vez, colabore en venderle la idea al resto de los miembros su organización en lo beneficioso que es para todos llegar a un acuerdo. —¿Cuánto tiempo estarás allí adentro? —me pregunta Ales sacándome de mis pensamientos—, no me está gustando