Sintiendo un leve dolor en las caderas, después que Lucia me preparó la tina y me ayudó a llegar al sanitario, aunque en realidad no ameritaba la ayuda, ella me dejó para ir a la habitación de Altair, pues despertó y se fue a darse una ducha, y luego a prepararme el desayuno. Me di un baño bastante breve, me vestí con ropa cómoda y luego, después de llamar a Lucia para saber si Altair estaba con ella, bajé hasta la cocina donde las conseguí a ambas. —Hola —saludo a Altair con un beso en la coronilla de la cabeza. —¿Cómo te sientes mami? —pregunta volteando a mirarme. —Bien amor, bien —respondo sentándome en la silla que esta a su izquierda—. ¿Has visto a tu papá? —El está en su despacho esperando que llegue Saúl —contesta Lucia. Desayunamos y luego subí con Altair hasta su habitación