–¿Y se puede saber quién eres tú? –Se dio la vuelta Julia mirando al hombre grande y fuerte que había detrás de ella, vestido con un esmoquin entero n***o, su camisa abierta revelando los músculos de su pecho y de su cuello colgaba un collar que tenía un dije en forma de sol y en su centro una piedra de color rojo. El hombre parecía muy seguro de sí mismo con su sonrisa “quita bragas” que volvería loca a cualquier mujer. –Me llamo Paris De Oliveira, y creo que acabo de encontrar a mi Helena. –Respondió con la voz ronca devorándola con la mirada. –Pues yo ni me llamo Helena ni soy de Esparta, pero una cosa si tenemos en común yo tampoco estoy disponible. –Respondió con seriedad llevándose las manos a la cintura. –Pues dime donde está ese Menelao para ir a matarlo y robarte, para llevarte