Capítulo 5ODELLA se empezaba a sentir muy cansada. Pensó que debía haber atendido a más de veinte personas. Como se había concentrado tanto en ellas, le empezaba a resultar agotador. Se preguntó qué hora sería. Debía ser ya tarde, porque sus últimos clientes le habían dicho que tenían prisa por regresar a casa. Se hallaba ciertamente nerviosa, ya que sabía que uno o dos de los soldados que la habían consultado no vivirían mucho. Pero, al menos, pensó, morirían en batalla, y no ahogados antes de siquiera tocar tierra. Sólo podía rezar, cuando no pensaba en la suerte de los hombres o las muchachas, para que el marqués realizara bien su trabajo. Debía estar asegurándose de que los barcos que habían sido mencionados a Madame Zosina no zarparan el día y la hora especificados. Pero no podía e