No pudo evitar pensar que se trataba de uno de los hombres más apuestos que hubiera podido imaginar. Se preguntó, aun cuando el hogar del marqués se hallaba un tanto alejado, si sus padres habrían conocido a los de él. Odella pensó que el marqués debía tener veintiocho o veintinueve años. De modo que ella no pudo conocerlo en las fiestas infantiles. Como había conocido a la mayoría de otros jóvenes de importancia social en el condado. El marqués se volvió de nuevo y se dirigió hacia ella. —He estado pensando en lo que me ha dicho. Lo que tenemos que averiguar, y que se trata de la clave de todo el problema, es a quién pasa Madame Zosina la información que extrae de quienes van a embarcarse. —Lo entiendo. Debe ser esa persona, él o ella, quien de alguna manera avisa a la armada frances