Federico...
Cuanto más observo a mi alrededor, más cuenta me doy de lo afortunado que he sido toda mi vida.
Mis padres son buenas personas que hacen todo por mí, desde toda la vida he sabido que seré el único heredero de la familia Garzon, mi madre, una dulce mujer que día a día se preocupa por todo lo que me sucede siempre ha demostrado el gran amor, infinito que tiene por mí, además de una novia que es preciosa.
Grace Deniere es la mujer a la que amo, es preciosa, maravillosa, una joven llena de dulzura, somos novios hace un año, ella es animadora, y yo, por órdenes de mi padre termine por entrar al equipo de Fútbol Americano, la pareja perfecta según mis compañeros, quienes dicen que mi novia es la joven más hermosa de la Universidad, preciosa figura, dulce e inocente, jamás hemos tenido intimidad, soy un caballero, mis padres me han dejado claro que aún no es tiempo de comenzar a tener hijos, que primero debo prepararme para ser el heredero de las empresas Garzon, pues algún día mi padre va a retirarse y será mi obligación seguir haciendo crecer el negocio familiar.
Grace es una rubia de ojos preciosos color gris, pero a los padres de Federico la joven no terminaba por agradar, incluso no era invitada a los eventos familiares, la madre de Federico intentaba presentarle a su hijo a jóvenes hermosas de buenas familias para que él olvidara a Grace, pero él se negaba, sobre todo porque Grace se enteraba de los eventos en que los padres de Federico intentaban meterle entre los ojos a alguna joven.
Según Federico ella sufría mucho porque no provenía de una familia tan adinerada como los padres de Federico deseaban, como sabemos muchas personas de sociedad buscan unir a sus hijos en matrimonio con alguna dulce joven que además haga más fuerte a la familia con esa unión.
¿Y este fin de semana habrá otra joven supongo?
Me pregunta Grace, que parece triste al saber que mis padres no la desean como mi esposa, pero aun cuando me han presentado a infinidad de jóvenes en edad casadera, yo amo a Grace, nada ni nadie hará que cambie de parecer, ella es hermosa, tan inocente que aun cuando sabe que mis padres no la aprueban ella sigue amándome, y dice que a menos que yo no la ame ella no se alejara de mí, tiene un noble corazón, después de todo ella no deja de amarme.
Me fascina consentirla, en ocasiones vamos de vacaciones los fines de semana, o cuando tenemos vacaciones de verano, mi padre se molesta, pero yo tengo mi propio dinero, una pequeña herencia que mis abuelos me dejaron antes de morir, así que para mis salidas con ella, no toco el dinero que mis padres me dan como mensualidad para mis gastos.
Por esa parte no pueden decirme nada.
Le hago preciosos regalos, incluso la he llevado a joyerías finas y ella elige lo que la hace feliz, al ser un Garzon el dinero para mí jamás ha sido un problema, en realidad yo hago cosas lindas por ella porque sé que sufre mucho, sé que ser mi novia no es nada sencillo, no soy muy afectuoso, incluso muchos creen que soy frio, pero a ella no le interesa, jamás me ha hecho algún comentario, por eso estoy tan cómodo a su lado.
- Eso no debe preocuparte, sabes que siempre termino alejándome a mi habitación, mis padres se molestan, pues las jóvenes y sus familias se sienten humilladas, pero ya le he dicho a mis padres que dejen de hacerlo, que yo ya estoy enamorado, pero sabes las tonterías que piensan, solo me interesas tú, de otra manera no estaría aquí a tu lado Grace.
Ella me observa, una preciosa sonrisa se asoma de sus labios, ella me abraza, no soy mu afectuoso, solo le doy una caricia en su rostro.
- Lo se Fede, es solo que siempre temo que quizá llegue alguna joven que te atrape, que quizá sea más bonita que yo...
Pero Grace sabe que para mí no hay mujer más bella que ella, que su cuerpo y su rostro son perfectos, tiene la loca idea de hacerse cirugías, le he dicho que no tiene caso, que así como es se ve preciosa, pero quizá es porque tiene miedo que de verdad yo termine enamorándome de alguna joven, ya le he dejado claro que eso no va a suceder, pero soy comprensivo, si fuese al revés quizá yo también dudaría del amor que siente por mí.
- No hay nadie más hermosa que tú, lo sabes, ahora vamos.
Caminamos hacia la Universidad, siempre llama mi atención la pareja en la entrada de la clase, charlan y sonríen, ellos parecen una pareja feliz, ella es hija de una de las familias más importantes de la sociedad donde mis padres se manejan, hija de los Rinaldi, una familia bien posicionada, la he visto en algunos bailes, parece muy tímida, es una buena estudiante, siempre van cabeza a cabeza Jonathan y ella, su nombre es Andrea, lo sé por las listas de la clase, en ocasiones me observa, jamás hemos hablado, bueno, solo una ocasión que estaba intentando sacar su bebida de una de las máquinas expendedoras, la vi y fui en su ayuda, ya que su novio estaba ocupado con unas chicas, vaya, si fuese mi novia estaría un poco más al pendiente, la ayude a mover la máquina y ella me agradeció, se puso tan roja como un tomate, al notarlo le hice cambio de tema, le pregunte si tenía cambio de un billete, ella asintió, me dio varias monedas y billetes de menor denominación, cuando toque su mano ella parecía tan nerviosa como si quisiese escapar del momento, me dio de más y se lo regrese, le agradecí y ella hizo lo mismo.
Fui hacia la mesa con Grace y sus amigas, las Fastidiosas digo más para mí, pues solo hablan de las últimas modas, las mejores tiendas de ropa, que utilizaran para los bailes, charlas que la realidad es que poco me interesan, lo único que hago es tomar mi móvil y revisar si mi padre me envió algún pendiente para cuando vaya a la empresa por la tarde.
Cuando me giro veo que ella aún me observa, al darse cuenta de que la pille se gira a su novio, quizá nerviosa porque me di cuenta, pero la verdad no es algo que me moleste, quizá solo se siente incómoda por mi seriedad, no suelo reír, y no porque no sea feliz, si no porque tengo ese carácter de mi abuelo en paz descanse, él siempre se enorgulleció de que era todo un Garzon, que desde mi bisabuelo teníamos esa mirada tan penetrante, algo que me ayuda al ser jugador de Americano, pues los demás suelen intimidarse.
Al término de las clases Grace y yo vamos al auto, antes de llevarla a casa nos damos una maravillosa ronda de besos, ella es preciosa, y claro mi hombría se hace presente, jamás hemos tenido sexo, pero eso no la detiene para complacerme de otra manera, sus labios son una verdadera locura, me provoca un placer que me hace estremecer, siempre vamos a una zona boscosa donde tenemos esos momentos de intimidad, sin que nadie nos observe, claro que jamás la llevaría a un hotel, sé que no podría aguantar hacerla mía, además en que lugar la dejaría, pero ella es tan complaciente que encuentra formas de hacerme sentir tan bien, de no dejar de pensar en ella, de adorar nuestros momentos juntos.
Cuando llego a casa me doy un baño y mi madre me acompaña a comer algo.
- Que crees, los Berelli vendrán el fin de semana, la joven Apolonia es una belleza, chica educada, de una buena familia, quiero que estés listo...
La observo pues ella sabe que no me interesa nadie que no sea Grace, pero sigo el juego, antes me molestaba, ahora ellos son los que terminan por molestarse cuando dejo a la joven que se propone enamorarme, ellos ya saben que no me interesa nadie, pero tienen la esperanza de que termine por enamorarme de alguna de ellas.
- Claro madre, estaré listo a la hora que lo necesites.
¿Podrías hacerme un favor hijo?
Pregunta mi madre con rostro serio.
- Sí, dime que necesitas.
- Que al menos le des la oportunidad de conocerte, de que tú la conozcas, ella es una chica dulce y amable, no deseo que su familia se sienta ofendida como ha pasado con anterioridad.
La observo y ella sabe lo que le diré.
- Tú sabes que tengo novia, y que si algún día quiero casarme lo haría con ella.
Mi madre se molesta tanto que se pone de pie.
¡Algún día te darás cuenta del gran error que cometes, ella no es como nosotros, ella no es para ti, te lo dice la mujer que te dio a luz, que te llevo en su vientre por nueve meses, que te ha cuidado desde que llegaste al mundo, por lo menos inténtalo Federico, por mí!
Me dice mi madre llena de frustración, en ocasiones desearía hacer lo que ellos me piden, pero no puedo solo mandar a volar a Grace, la amo, ella me gusta demasiado, sé que de dejarla cualquiera estaría feliz de estar a su lado.
- Lo siento..
Le digo a mi madre antes de que se retire tan triste y molesta, no me gusta hacerle daño, pero en ocasiones me frustra que no me permitan elegir a mí.
- Te prometo que lo haré, pero solo por ti...
Mi madre sonríe y me da un abrazo muy fuerte.
- Solo quiero que seas muy feliz cariño, tu madre sabe lo que te conviene, te prometo que esa mujer no es para ti, pero hay tantas buenas chicas que podrían hacerte tan feliz..
Sé que no es así, sé que no podría ser feliz con nadie que no sea ella, la amo Grace es la mujer que me deja sin aliento con solo verla, que me atrapa con sus besos, pero sé que mis padres intentan que busque una mejor opción, no comprenden que ella lo es, quizá su familia no sea como la mía, pero al demonio, el dinero es algo que nos sobra a nosotros.
Por la mañana llamo a Grace para decirle que pasaré por ella, pero me informa que su padre necesita hablar con ella, así que hoy no asistirá a clases.
- Bien, espero poder verte cuando termine aquí, si no mañana nos veremos Grace.
- Si guapo, está bien, te dejo, mi padre me llama.
- Adiós.
Le digo y termino la llamada.
Llego a la Universidad, veo a la joven, Andrea, intenta bajar de su auto una enorme cartulina con información sobre una de nuestras clases, nos tocó exponer sobre negocios creados a Grace y a mí hace unos días, debe ser el turno de ellos dos, pues siempre hace pareja con su novio, Jonathan, que por cierto no me ve con buenos ojos, no hablamos ni nada, pero parece que yo no le agrado, como a muchos, pues piensan que soy algo pesado, pero no lo soy, solo no soy bueno para charlar.
Me acerco a ella y la coloco de manera que salga sin dañarse.
- Déjame ayudarte.
Le digo al tiempo que ella parece muy sorprendida de verme.
- Gracias, es que es demasiado aparatosa.
- Listo.
La saco del auto y ella toma un bolso con cosas que necesita para la presentación.
- No tienes que...
Intenta decirme que no la ayude, pero no podría solo dejarla así, cargando todo ella sola, me pregunto donde esta su inseparable novio, siempre están juntos.
- Es extraño no verte con tu novio.
Ella me observa confundida, y me pregunta.
¿Mi novio?
¿Si, Jonathan es tu novio no? Bueno al menos eso parece.
Ella se asombra y lo niega.
- No, él no... Jonathan es solo mi mejor amigo, nos conocemos desde muy pequeños, él siempre esta a mi lado porque creo que se da cuenta de que no soy muy buena para hacer amistades, a los chicos de nuestra edad solo les interesan ciertas cosas, bueno, claro no todos, pero es complicado creo...
Ella se pone tan roja del rostro, parece que se siente apenada, pero es una realidad, los chicos en ocasiones son muy inmaduros, eso sucede, hacen bromas estúpidas, claro.
- Si, te comprendo, soy igual, la diferencia creo es que no soy un hombre paciente, si algo me molesta mi rostro no puede ocultarlo, las personas en ocasiones abusan de los demás si se lo permiten, cuando era más pequeño recibí palizas en el colegio, mis padres solo me cambiaban de un lugar a otro, hasta que un día mi abuelo me dijo, que si no quería que abusaran de mí todo el tiempo tenía que ser fuerte, afrontar a los bravucones, y así lo hice, me arme de valor y le di una paliza a Barteon Reguere, que ahora es según el mi amigo, así terminaron las cosas, es extraño, de tenerle tanto miedo a no saber ahora como deshacerme de él en ocasiones.
Ella parece tan sorprendida, y dice que si, que es algo lamentable.
- Una de las razones por que Jonathan y yo somos amigos es que ambos somos muy tranquilos, en lugar de andar por ahí bebiendo somos más de ver una buena película y pelear porque él la odia y yo la ame...
Ella sonríe, tiene el cabello castaño, unos preciosos ojos verdes, además una sonrisa tan natural.
- Si lo sé.
- Y tu novia, jamás te había visto sin ella.
- Tuvo que quedarse en casa con su padre, asunto familiar creo.
- Si, eso sucede.
- Jamás había sido consciente del color de tus ojos, son bonitos.
Ella baja la mirada, parece apenada, y yo no sé porque le he dicho eso, pero solo cambio de tema.
- Y dime, que producto vas a presentar.
Ella me observa y le muestro las cosas que lleva en la mano.
- Ah, sí, es un suero, vitaminas que Jonathan y yo hicimos en un laboratorio, claro, con ayuda de un amigo de su padre que es algo como un científico, es un suero para el rostro, que ayuda a rejuvenecer y desvanecer las arrugas..
Me asombra y no puedo evitar preguntar.
¿ funciona?
Ella me observa con una enorme sonrisa y contesta que sí.
- Lo probamos con 100 mujeres el 98 % noto cambios con una semana de uso.
- Vaya, en nuestra sociedad te harías rica en cuestión de días con un producto así.
- Lo mismo me dijo Jonathan, que deberíamos invertir y lanzarlo.
- Es una buena idea.
¡Andrea!!
Escucho que alguien la llama.
- Hola, Jonathan.
- Llegue un poco tarde, lo siento.
- Tranquilo, Federico me ayudo, fue complicado sacarlo del auto.
- Gracias Federico.
Le entrego lo que llevo a Jonathan para que lo lleve a clases.
- Bien, te dejo, nos veremos después, suerte con su producto.
Les digo y ella me agradece por la ayuda, Jonathan me observa molesto, me agradece claro, pero su voz suena como si de verdad fuese su novia, parecen celos.