¿LUNA DE MIEL?

950 Words
Para guardar las apariencias en caso de que las cosas salieran mal, Andrés había decidido llevarla de luna miel por unos días a su casa junto al mar. > se repetía para no pensar en el motivo real que lo llevó hasta allá. Conduciendo por el largo camino que cada vez se le hacía más eterno, el recuerdo de aquel beso volvía una y otra vez. Mientras concentraba toda su energía en mirar la carretera y no a la hermosa castaña que iba a su lado, quien no apartaba su vista del delicado anillo de oro blanco que llevaba ahora en su dedo. - ¿Por qué los anillos? Pensé no querías llamar la atención. - Necesitas concentrarte en tus clases, así que ese amigo en tus manos evitará que te metas en problemas. - No había pensando en eso. ¿Y el tuyo? - Estoy cansado de la gente intentando presentarme mujeres que me distraen del trabajo. Así evito me molesten y si me lío con una tipa, evitará que me busque después o se haga ilusiones - la respuesta le dolió, pero prefirió ignorarlo a riesgo de ponerlo de mal humor. - Entiendo - odiaba eso, odiaba la idea de una mujer que no sea ella junto a él. En un matrimonio real una esposa no compartiría a su esposo, pero no, este no era un matrimonio real y él no la amaba. Habían llegado al fin, el sol se había ocultado y la luna alumbraba a la tierna mujer dormida en el asiento del copiloto. Se quedó por unos momentos admirándola, se veía tan pacífica en medio de su profundo sueño, algo que él no había logrado tener en muchos años. Pensó por unos momentos no despertarla y llevarla en brazos, como solía hacerlo cuando eran pequeños y ella se dormía en cada rincón de la casa después de una tarde de juegos, pero no, ya no eran niños. - ¡Despierta! No esperarás que te cargue, ¿o sí? – la sacudió. - Buenos días Andy – respondió entre bostezos mientras estiraba sus brazos. - ¿Días? Acaso no ves que todo está oscuro. - Oh, tienes razón – le brindó una enorme sonrisa. - Toma tus cosas y llévalas dentro de la casa. No creas ni por un momento que haré un papel de buen esposo. El lugar era enorme y frío, como todas las propiedades de los Evans. Tenía una gran sala y comedor en un solo ambiente con una hermosa vista al mar a través de unos enorme ventanales, a un lado la escalera conducía a las 2 habitaciones principales del segundo piso y a las 3 habitaciones más pequeñas que se encontraban en el piso siguiente. - Te hospedarás en la que era mi habitación, yo estaré en la principal – ordenó mientras encendía las luces. - ¿Vamos a dormir habitaciones en separadas? – automáticamente guardó silencio ante las palabras que había dicho sin pensar, mientras una sonrisa maliciosa brotaba de los labios de él al verla. - ¿Acaso quieres dormir conmigo? Siempre pensé no eras tan inocente como aparentabas, pero creí demorarías más tiempo en mostrarlo.- Se acercó a ella hasta arrinconarla contra una de las paredes, dedicándole una mirada coqueta mientras se lamía los labios. - No… Yo… es que… - tragó saliva buscando desviar su mirada de esos penetrantes ojos azules. - Tranquila, no me gustan las mujeres sin experiencia - quitó su mano y le dio la espalda, tomando su maleta y subiendo las escaleras. ANDRÉS Cerró la puerta y se apoyó sobre ella, no podía creer lo que estuvo a punto de hacer. No podía creer que quería hacer lo que estuvo a punto de hacer. > se repitió una y otra vez. Escuchó la puerta de la otra habitación cerrarse, respiró profundo y tomó valor para salir. - Tengo hambre y le di estos días libre al personal para evitar rumores, iré a bañarme y al salir espero tengas algo qué comer sobre la mesa - gritó tocando la puerta > gritó su mente. > se golpeó internamente y fue en dirección a su baño esperando el agua fría calme a alguien que había decidido salir a saludar. LUCÍA Todo su cuerpo temblaba y no entendía por qué si el aire acondicionado no estaba encendido, nunca había pensado que el amor sería tan complicado. A ratos mariposas, a otros electricidad, en algunos momentos calor que se acumulaba en sus mejillas y al siguiente un frío que la hacía temblar. Tomó su mochila en brazos y subió los escalones de 2 en 2 tratando de ocultarse de él > le había dicho > ella sabía de dónde venían los bebés, en el colegio le habían explicado, sus amigas le habían explicado, pero habían tantas cosas que desconocía como para entender qué tipo de experiencia podría gustarle a alguien como él. Decidió ir a la fuente de conocimiento más grande que conocía, internet. “Qué hacer en tu luna de miel”, colocó y página tras página sus ojos de agrandaron ante toda la información que leían. Textos, dibujos, fotos, hasta llegar a videos… Cuando un golpe en la puerta la hizo salir de su curiosa concentración y lanzar el teléfono por los aires. - Tengo hambre y le di estos días libre al personal para evitar rumores, iré a bañarme y al salir espero tengas algo qué comer sobre la mesa – le gritó el responsable de lo que acababa de ver. Intentó responderle pero las palabras no salían de su boca, se venteó con las manos intentando calmar el calor que sentía en su rostro. > se rió > sonrió más.
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