Capítulo 6

1447 Words
Después de que deje a Ariana para que solucionará la situación, tuve la oportunidad para encontrar la verdadera salida de ahí y regresar a la casa, en el regresó no me pude sacar de la cabeza lo que Morgan dijo, no es que fuera una sorpresa la infidelidad de Jacob, pero hacía su esposa enferma, eso lo hacía un completo canalla, esa chica tenía mucho odio y dijo un montón de nombres más que no sé ni de quién está hablando, pero parece que le han pasado un montón de cosas en un rato. Creí que podía ir a ver como estaba Audry y poder regresar al hospital para ver que hay en la pizarra, tal vez una operación interesante, siento que estoy perdiendo la habilidad al no entrar, pero la dirección me ocupa demasiado tiempo. Pero al llegar a casa Gerard ya me estaba esperando. –Tu no conoces el espacio –mencioné al verlo. –Como tu no conoces el tiempo –respondió, eso tenía sentido. –¿Qué pasa ahora, Gerard? Caminamos hasta llegar a la oficina, le pedí a Isabelle que nos trajera algún bocadillo, debo ser amable con Gerard aunque a veces me vuelva loco. –La trabajadora social vendrá con una visita sorpresa. –Sí me lo dices ya no será una visita sorpresa –mencioné. –Adam, estoy hablando en serio, me enteré por los contactos que tengo, pero debes estar preparado, Audry no tiene mejoría en sus terapias y eso afecta bastante. –Eso es culpa de la terapeuta. –Pero te quitarán a la niña y van a contactar a tus padres, a quienes nos les has dicho sobre su hijo. –Déjame tranquilo. –Adam, el servicio no hizo la interpretación correcta del informe de la terapeuta, están pidiendo que seas formal, alguien que siente cabeza. –Es ridículo que pidan que me case en este tiempo, hay padres solteros en todo el mundo. –No está dentro de sus requisitos, así que tienes que cumplirlos, solo págale a alguien. –Contratar a una desconocida, que gran idea, Gerard. –Puedes hacer una oferta de trabajo, podrías poner requisitos y hasta que tenga experiencia al trabajar con niños. Eso no sonaba tan mal, sería como un trabajo de niñera y eso sería estupendo si Audry aceptará a alguien más que no fuera Isabelle o yo, hemos tenido que despedir a varias institutrices y eso no lo hace fácil para nadie. –Pensaré en algo. –Creo que es hora de llamar a tus padres, Adam –mencionó –. Has esperado demasiado tiempo. –Lo voy a pensar. –No te han preguntado por Franz. –Como un millón de veces, les dije que la última vez que hable con él dijo que estaría en un viaje de meditación seguramente por eso no respondía. –No estará en un viaje de meditación por siempre. –Lo estará hasta que arregle la situación con Audry –aseguré. –Como digas, pero tienes que conseguir a una mujer, Adam. Odio a Gerard y su estúpida moralidad, deberíamos pagarle a esa terapeuta para que diga otra cosa, solo la he visto una vez cuando hizo la entrevista de Audry, pero parece que insiste en que ella tenga una figura femenina en su vida, yo creo que no es necesario, ya me tiene a mí y a Isabelle, ella la quiere. –¿Qué pasa, Adam? –preguntó Isabelle cuando llegó a recoger las cosas. –¿Te casarías conmigo, Isabelle? –pregunté. Ella sonrió al escucharme. –Estoy demasiado grande para que me hagas ese tipo de propuestas –respondió. –No eres tan grande. –Para ti sí –mencionó –. Casi tienes la edad de mi hijo mayor. –Hay personas mayores que casan con menores, ya sabes, eso que dicen que la edad no importa. –No importa enamorarse a cualquier edad en tu vida, pero no significa que pueda buscar a alguien a quien le doblo la edad, te veo como si fueras mi hijo, de la misma forma veía a Franz y a Marion, fueron como mis hijos y todo fue tan inesperado. –Ya sé –suspiré. –Ánimo, Adam –comentó –. Tenemos que seguir cuidando de Audry, ella está aquí y la vamos a cuidar. –¿Cuándo debe ir al hospital? –Mañana. –Me envías un mensaje al estar allá e iré a ver que la atiendan bien, el mutismo nos está causando muchos problemas. Isabelle aceptó y se despidió, fui a ver a Audry a su dormitorio, no salía de ahí, al menos estaba pintando, esa era una buena señal, pero necesita mantener su cuerpo activo, al menos mañana los veré en el hospital, debe ir a sus chequeos. Por la mañana me fui dos horas antes al hospital, no creo que la trabajadora social aparezca a las seis de la mañana, pasé a la emergencia y use el pretexto de enseñarles a atender y me la pasé en consulta hasta que tuve que ir a mi oficina a firmar aburridos papeles, Ariana apareció invadiendo mi oficina. –¿Por qué se fue? –me reprochó. –¿De qué hablas? –me hice el demente. –Del funeral, me dejó todo y luego se fue. –Te pregunté si podías ayudar y lo aceptaste –le recordé. –Señor Henderson, le recuerdo que no es conveniente que lo vean de esa forma con ninguna mujer del hospital, si tiene ganas de satisfacer sus necesidades básicas, haga lo de siempre y pagele a alguien. –No tenía nada con esa chica, solo estaba buscando la salida. –Y terminó en la cocina. –¡Sí! –respondí –. Fue justo eso lo que sucedió. Mi teléfono se escuchó y miré el mensaje de Isabelle, ya estaban en el hospital, me levanté al guardarlo. –Gracias por arreglar eso, te pagaré esas horas. –Doctor Henderson… –¿Qué quieres Ari? –pregunté –. Audry está aquí y quiero ver la consulta. –Está bien, vaya. Me dejó tranquilo y pude salir de la oficina, bajé el ascensor hacía pediatría, cuando llegue y pregunté por Audry parece que ya estaba en consulta, es mi hospital así que fui directamente a ver a la clínica, ahí estaba Isabelle con Audry. –Hola couer, ¿cómo estás? –Bien, tío –mostró su brazo –. Me han pinchado. –Ya te sacaron las muestras, creí que acababan de venir –miré a Isabelle. –No quería interrumpir tu trabajo. –No interrumpen nada –aclaré. Justo en ese momento la puerta se abrió y para mi sorpresa fue Morgan Lurssen quien entró. –Buenos días –saludó, pero se detuvo cuando me vio –. Doctor Henderson, ¿qué hace aquí? –se detuvo rascando la cabeza, no se vé bien –. Disculpe, no debí decirlo así, es solo que la niña es mi paciente. –Tu paciente –señalé –. Tu no eres ni pediatra, la has estado atendiendo. –¿Cómo que no es pediatra? –dudó Isabelle. –Soy pediatra –aseguró ella –. Y le puedo decir que estoy certificada para ver a Audry –le dijo a Isabelle y luego me miro –. Doctor Henderson le puedo aclarar esto afuera. Salimos de la clínica y le hablé directamente. –Audry necesita un cirujano cardiólogo que lleve sus controles y este atento a todos los cambios posibles. –Le aseguró que el doctor Moreau, está pendiente de todo lo que vemos. –No tiene que estar al tanto, debe atenderla y lo quiero aquí ahora. –No puede hacer eso. –Si puedo hacerlo, soy su tutor legal y yo decido. –Pues no se va a poder –dijo firme –. Audry tiene mutismo selectivo y solo habla conmigo, así que el doctor Moreau me delegó el caso para que él pudiera verificarlo de cerca, confía en lo que yo hago y tengo su aprobación para hacerlo, así que voy a seguir sus órdenes, esto es algo que usted debería saber si viniera a todas sus citas con ella, “señor tutor” –se dio la vuelta para regresar, pero antes se detuvo y me habló de nuevo –. Y le recuerdo que si se queda por este tiempo es el tutor, así que no interfiera en mi trabajo. Cruzó la puerta y cerró, me acaba de corregir, a mi, yo soy su jefe, creo que todo lo que ha pasado le ha causado algún daño, pero tiene que volver a la realidad, que chica.
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