Capítulo 7

1225 Words
Dudé al entrar de nuevo a la clínica, las enfermeras me vieron y tomé una postura más segura, una interna no podía corregirme frente a todos, tenía que mantener mi postura de jefe; aunque me arrepentí un poco al entrar y me dio esa mirada afilada, creó que podría matar a alguien, pero a Audry le sonreía, le hizo el examen general, creí que ya se lo habia hecho la enfermera, pero decidí observar su trabajo, le revisó la presión, la boca, los oídos tomó su temperatura y hasta le hizo preguntas, por último dejó revisarle los pulmones y el corazón. –¿Tienes algún malestar con el medicamento? ¿Náuseas, mareos, dolor de cabeza? –Non, ninguno. Sabía que le habían cambiado el medicamento hace pocos meses, pero no creí que fue ella quien lo había hecho, era un poco más ligero y efectivo, le quitó los dolores de cabeza y ha estado comiendo mejor. –¿Qué es lo que sientes? –Me siento bien, –Te volveré a dejar el mismo y tengo buenas noticias, has subido dos lugares en la lista, pronto encontraremos un corazoncito nuevo. –Merci, Morgan. Le dice Morgan y no por su profesión, interesante. Su sonrisa desapareció cuando me vio, pero luego vio a Isabelle. –¿A quién debo darle la información aburrida? –pregunto. Audry sonrió al escucharla. –Isabelle, ve tú. –Sí Monsieur. Ella era quien se estaba encargando de los cuidados directamente de Audry, era mejor que entendiera todo, me acerqué a Audry y le toque el cabello, según el informe de la terapeuta debo acercarme a ella para que no se sienta sola. –¿Cómo te sientes? –Bien, tío, solo es una visita de rutina, no tienes que preocuparte. –Siempre me voy a preocupar por ti. Audry tenía una cardiopatía que ha avanzado con los años, es algo congénito que se la detectaron a los dos años cuando tuvo vómitos, los médicos tardaron demasiado en saber lo que era, fueron demasiados exámenes e idas y venidas de médicos, odie a Franz por meses al no decirme lo que sucedía, según él porque no me quería preocupar en mis viajes y realmente pensaron que no era nada grave, me enteré hasta que llegue a verla para su tercer cumpleaños, ha recibido medicamentos y he estado pendiente de su estado desde entonces, pero la enfermedad está más grave y ahora hemos optado por colocarla en la lista de solicitud de donantes, pero puede tardar demasiado. Isabelle volvió y fingió una sonrisa, se notaba que no eran buenas noticias, veré su expediente más tarde. –Han revisado los resultados de tus exámenes, mi niña –mencionó –. No tenemos que seguir aquí, nos vamos a casa, gracias por todo, Adam. –Nos vemos en la casa. Audry se arregló la ropa y salieron de la clínica, le pedí el expediente a la enfermera y me lo dió, lo estaba revisando cuando Morgan volvió a entrar a la clínica, lo primero que vio fue el expediente en mis manos. –¿Está revisando si hice un buen trabajo? –dudó. –No –contesté –. Solo quiero saber el estado de mi sobrina. –Podría preguntarle a ella, señor tutor. –Tu deberías estar descansando, tienes varios días libres. No quise entrar en el detalle del funeral de su madre, pero ella sabía perfectamente que estaba hablando de eso. –Tenía que ver a mi paciente –respondió. –¿Por qué Audry solo habla contigo? –pregunté –. No eres alguien cercana y en casa apenas habla conmigo o con Isabelle, ni siquiera la terapeuta lo ha logrado. –Yo solo la he atendido –contestó –. Alguien mencionó que sus padres fallecieron y cuando vino a las citas, las colegas le preguntaban sobre eso, pero como no hablaba nadie podía hacer la consulta, por ser nueva el doctor Moreau me envió a mí –indicó –. Yo no le pregunté sobre nadie e intenté hacer preguntas simples con las que pudiera mover la cabeza, fue así las primeras dos veces y luego en la tercera cita contestó –explicó –. Dijo Oui y me pareció tan preciosa su voz, ahora habla conmigo, pensé que era un avance, pero no lo hace con nadie más. Moreau la envió solo para torturarla, a veces hacemos eso con los internos, especialmente a aquellos que no toleramos o nos han faltado al respeto, es una forma de ponerlos en su lugar, no me agrada que usen a mi sobrina para hacer este tipo de cosas, Moreau conoce el parentesco, tiene suerte de que no lo despida ahora mismo, es una suerte que a Morgan realmente le importen los niños, me parece impresionante la forma en que resolvió la situación y una idea cruzó por mi mente. –Cásate conmigo. –¿Qué? –dijo asustada. Bueno, sonó mejor en mi cabeza, yo necesitaba cumplir esos mal.ditos requisitos basura, tenía a Gerard encima de mí y me dio la idea de contratar a alguien para ese papel, pero Audry no habla con nadie, pero acabo de descubrir que hay una persona que sí puede hacerlo, tal vez debería explicarle primero, pero aquí no. –Fue una idiotez, vamos a mi oficina. –Tengo otros pacientes, doctor Henderson. –Déjalos. –No lo voy a hacer, tengo que atender. Me di cuenta que estaba abrazando fuerte a la carpeta contra su pecho, parece que está asustada, ¿me tiene miedo? –No tengo tiempo para esto –suspiré –. No soy un acosador –aclaré –. Sucede que tengo una situación con Audry, necesita a alguien que la cuide, al parecer una madre, pero debe ser alguien con quien ella hable y aparte de Isabelle estás tú –señalé –. Quiero que te cases conmigo y te voy a pagar o te daré lo que tu quieras, un puesto cuando termines la residencia, tal vez castigar al doctor Moreau, una oficina, lo que me pidas. –Está usted loco –reprochó –. No puede venir aquí a decirme esas cosas. –A ofrecerte lo que quieras por un favor –aclaré. –Si cumple con ser justo en mis evaluaciones, no necesito nada. –Todo el mundo quiere algo, por ahora ers mi mejor opción. –Eso soy para usted, ¿una opción? –Si te vas a ofender por cada oración que te digo, no vamos a llegar a ningún acuerdo –señalé. –Yo no quiero ningún acuerdo y mucho menos eso que me está diciendo. Admito que fue un poco decepcionante escucharla decir eso, podía desquitarse con Moreau, yo podría hacer de su internado menos torturador y tendría mejores oportunidades, pero parece que no lo quiere disfrutar. –Todo el mundo quiere algo, piénsalo y me avisas –mencioné –. Pero que sea rápido porque sigo buscando a alguien. Seguro me iba gritar, al parecer no tenía claro lo de la autoridad, ese era su único defecto que incluso podía ignorarlo si tiene tan buenas cualidades, me retiré antes de que pudiera contestar y regresé a mi oficina, de cualquier forma tenía que buscar opciones, le había dejado la propuesta, pero no creo que la acepté, aún así le daré dos días.
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