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Han pasado tres meses desde que me hago cargo de Audry, ha sido el jodido tiempo más difícil de toda mi vida, creo que Frank hizo esto para joderme la existencia, Audry sigue sin hablar con nadie, ni siquiera lo hace con su teraputa, ella mencionó que debería quedarse en casa y mantener la rutina de siempre, seguir con su vida para disminuir el dolor de la situación, no sabía qué hacer con mis padres, decidí no decirles sobre Frank al menos hasta que Audry se sienta bien, pero ahora tengo otro problema, según Gerard el abogado no está feliz con la situación, parece que ser un exitoso médico y tener buenas referencias no basta, según él, Audry necesita una mamá, mencionó algo sobre el informe de la terapeuta, pero no le creo nada.
–Doctor Henderson es hora de irnos –mencionó Ariana al entrar a la oficina.
–¿A dónde?
–A fallecido la esposa del doctor Jacob Lurssen, debemos estar en el velorio y dar el pésame.
–Mierda, un funeral, no quiero ir.
–Tiene que ir –señaló Ariana –. Recuerde que hubo un conflicto cuando el doctor Casell se fue, se supone que el doctor Lurssen debía tomar su lugar.
–Este es mi hospital y yo hago lo que se me da la gana –refunfuñe.
–Todos saben que es su hospital, pero debemos mantener la amistad del doctor Lurssen para que no hayan malos entendidos, recuerde que un buen director muestra empatía.
Bufé antes de levantarme, acabo de salir de un mal.dito funeral para ahora ir a otro, no puedo creerlo.
–¿Cómo se llamaba la esposa?
–Juliette y su hija también estará ahí, es Morgan Lurssen, también está en el hospital es interna de pediatría.
–La problemática.
–Doctor Henderson, no diga esas cosas.
–Pasé por el servicio y estaba teniendo un conflicto con unos padres, necesita disciplina.
–Ahora no la necesita y usted es cardiólogo, así que no tiene nada que ver, por favor, solo vaya, sea amable, dé el pésame y listo.
–Bien.
–¿Qué tiene que hacer?
–Ir, dar mis condolencias, fingir pesar y luego me voy.
–Muy bien.
–No me trates como un niño.
–Lo siento.
El chófer nos llevó a una casa grande, parece que el doctor Lurssen vive bastante bien, ¿por qué quiere ser el director hospitalario? Me detuve un momento para apreciar la casa blanca con ventanas azules, tenía algunas macetas colgando, no sé por qué pienso que es esa chica la que tiene esas macetas ahí.
En el hospital hay bastante personal que casi no conozco, especialmente los internos, no debería de conocerlos, muchos salen antes de que se pueda aprender su nombre, pero la hija del doctor Lurssen se ha dado a conocer, es inteligente y astuta, pero bastante problemática, al menos cuando se trata de defender a los ni.ños de padres negligentes, espero que este tranquila con el funeral de su madre.
–Vamos doctor –me llamó Ariana.
Al menos ella está aquí, ya buscare un pretexto para irme, no tengo tiempo para más funerales, al entrar me dí cuenta que estaba lleno de personas, especialmente personal del hospital y algunos desconocidos, Ariana saludó, a mi me da igual, lo hice con quien me miraba y saludaba, estaba buscando a Jacob Lurssen, tan difícil era encontrarlo y luego me podía ir, pero es difícil verlo.
–Doctor Henderson, que bueno verlo –saludó Garrel, el jefe del área de cirugía.
–Hola doctor Garrel –saludé –. Ha visto al doctor Lurssen.
–No –contestó él. –. También lo estoy buscando, pero no lo encuentro.
–¿Dónde se habrá metido?
–Debe estar muy mal por la situación, no es fácil perder a tu propia esposa y ella tenía cáncer.
–¿Tenía cáncer?
–Estuvo luchando varios meses hasta el final, fue un proceso bastante difícil.
–Puedo imaginarlo.
Siempre creí que Jacob era un mal.dito imbecil, pero era el mejor neurocirujano que tenía el hospital, había estudiado en Estados Unidos y por alguna razón apareció en mi hospital Casell lo contrató, sé que en las relaciones con los compañeros y el personal no es buena, desde que llegué hay demasiadas quejas de él, pero Casell mencionó que era el mejor en su campo, era uno de los candidatos a ser el nuevo director hospitalario, aunque ya se sabía que Montand lo ganaría porque se lleva mejor con las personas, antes de que yo me nombrará en ese puesto y exigiera la renuncia de Casell un año antes de lo planeado, le voy a seguir pagando, pero necesitaba un puesto fijo a poder cuidar a Audry y ser aceptado por el inútil del abogado intermediario.
–Sé que Jacob no es el más carismático, pero ha ayudado mucho en el hospital.
–Tienes razón, iré a buscarlo por allá.
Mejor me alejé, ahora parezco el villano que le quitó el puesto al pobre hombre viudo, ni siquiera se lo iba a ganar, en todo caso Montand debería estar molesto, pero todo le da igual.
Saludé a un par de personas más, pero no encontré a Lurssen por ninguna parte, es muy bueno escondiendose o no está aquí.
Me estaba comenzando a aburrir y salí del salón principal, caminé por un pasillo, realmente me quería ir, pero de alguna forma terminé en la cocina, abrí la puerta de vaivén, apenas ví que alguien estaba ahí, reconocí ese cabello rubio de inmediato, me congelé y primero se dio cuenta que yo estaba ahí.
–Doctor Henderson –dijo asombrada, se limpio las lágrimas de inmediato, tenía la nariz roja, la chica era preciosa, no lo voy a negar.
–Doctora Lurssen –saludé intentando ser ¿amable? Pero parece que no me salió bien porque abrió sus ojos muy grandes, me miró como asustada, creo que hice algo mal.
–Santo cielo –murmuró limpiandose las lágrimas –. Lo que me faltaba, que el director hospitalario donde hago mi internado me conozca y me vea así, no puede ser…
Estaba diciendo un montón de cosas que no entendí, así que al final decidí entrar.
–Solo he venido a darle mis condolencias –mencioné –. Es normal que se vea mal, acaba de perder a su madre.
–Me veo terrible.
Mierda, eso me pasa porque Ariana no está cerca.
–No está mal –intenté reparar, me miró pero su rostro se contrajo de nuevo, estaba a punto de llorar, su boca se hizo hacía abajo y lágrimas empezaron a aparecer en sus ojos –. Es que acaba de perder a una persona muy importante en su vida, es algo muy doloroso, debieron ser cercanas.
–Mi madre me dio la vida, me cuido, me alimentó y siempre estuvo pendiente de mí en todo –sollozó –. Siempre me sentí afortunada, tenía una madre cariñosa y exitosa, un padre que era como mi heroe, amigos y un gran futuro, pero ahora lo he perdido todo.
Ay no, está llorando y no sé qué hacer, ni siquiera Audry hizo este desastre cuando Frank y Marion fallecieron.
–No lo ha perdido todo –me acerqué al diablo el reglamento –. Es un momento difícil del que pronto te vas a recuperar, ¿quieres que llame a tu padre? ¿Dónde está?
–¡Mi padre no está! –me gritó –. El imbécil seguro se está acostando con su amante, eso es lo único que ha hecho quién sabe cuanto tiempo y ni siquiera puedo hablarle a Charles porque él también seguro se está acostando con Melissa, todos los hombres son unos mal.ditos imbéciles que solo piensan en ellos, ¡joder! ¡Mi mamá ya no está! ¡Y todos los que se quedaron son una mierda!
Y yo creí que me la estaba pasando mal, parece que está chica está en una situación peor, aunque realmente lo que me preocupa es que no voy a poder salir de aquí y creo que se va a poner peor, solo tengo un discurso como médico para las enfermedades físicas pero cuando son problemas emocionales no sé que se supone que debería de decir, por suerte mi salvación entró por la puerta, pero no me hizo buena cara.
–Buenas tardes.
Eso hizo que Morgan se separará de inmediato y se limpió las lágrimas.
–Disculpe, perdóneme por favor.
–Doctora Lurssen –le habló –. La he estado buscando, a usted y a…
–La acabo de encontrar aquí en la cocina –mencioné –. Ya le dí el pésame, Ariana, pero la doctora Lurssen no se siente bien, ¿podrías hacerte cargo de lo demás?
–No podría pedirles eso…
–Necesito el nombre del encargado y hablaré con el personal, ¿me puede indicar quienes son?
–Ah… es que no hay personal.
–¿Cómo?
–Es que despedí a todos –murmuró –. Solo están los trabajadores de la funeraria.
–Yo lo arregló –estaba por irse, pero regresó –. Venga conmigo, vamos a su dormitorio, necesita un momento para sentirse mejor, tal vez un baño.
Pensé que me había quedado solo en la oficina pero pronto apareció de nuevo Ariana.
–Usted y yo vamos a hablar –me amenazó y volvió a salir, sentí un escalofrío en la espalda, pero juro que está vez no hice nada.