Make me your radio,
And turn me up when you feel low.
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(Stereo Hearts - Gym Class Heros ft Adam Levine)
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El cumpleaños de Lilieth llegó y yo estaba super ansioso, no podía esperar el momento de entregarle mi regalo. Esa mañana me había obligado a mí mismo a no llevarlo al colegio, tenía que esperar al momento de la celebración.
Siendo ella tan sencilla como siempre había demostrado ser, a nadie le extrañó cuando dijo que no haría ni fiesta ni festejo alguno, que solo quería ir al cine, pasear por Merrion Square y que al final de la noche nosotros, la banda, le cantáramos una versión del "Feliz Cumpleaños".
Así que ahí estábamos, en el auto... rumbo al cine a ver una extraña película extranjera que ella había sugerido, tenía un titulo del demonio, pero era la cumpleañera, de todos Lauren parecía ser la única entusiasmada al respecto.
Yo conducía mientras Luke iba a mi lado, Logan, Lilieth y Lauren iban en el asiento trasero, junto con Meghan Graham, una chica de su clase de fotografía. La invitación de Meg me había caído un poco mal cuando me enteré. Sabía que era su cumpleaños y que ella podía invitar a quien quisiera, también sabía que de hecho sí eran bastante amigas, y no es que yo tuviera algo en contra de la chica... En absoluto, había cursado con ella un par de clases y la consideraba alguien agradable; el problema era que yo estaba casi seguro de que su invitación fue una acción deliberada de Lilieth para no dejarme como "mal tercio", comprendiendo todo el asunto como una salida de parejas.
El hecho de que Lilieth quisiera emparejarme con alguien más era deprimente y doloroso, y sin embargo procuré no pensar en eso, estaba demasiado entusiasmado por el regalo como para dejar que alguien lo dañara... Ni siquiera ella.
Llegamos al cine y mientras yo compraba las entradas los demás fueron por las palomitas y las gaseosas... Preparándonos para la película, aunque yo solo quería que todo pasara rápido para poder llegar a casa, cantar... y que fuese hora de los regalos.
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—El hecho de no haber tenido que hacer fila para entrar a la sala... debió darnos una pista. —comentó Luke dos horas y media después mientras subíamos al auto nuevamente.
—Las peores dos horas de mi vida... Que asco de película... No entendí nada. —agregó Meg.
—La historia se llamaba "La comprensión de lo incomprensible"... Y venía con subtitulos, era obvio que no íbamos a entender nada. —comenté.
—Y que sería una mierda de película, sin ofender, nena —dijo Logan gesticulando hacia Lilieth, que negó con la cabeza.
—Descuida... En serio sí fue una mierda de película.
—Pues a mí me gustó. —argumentó Lauren, y todos soltamos una carcajada. Tenía que admitir que estaba siendo una buena tarde.
Nuestro paseo fue agradable, y divertido; Logan siempre se encargó de hacernos pasar un buen rato con la estatua de Oscar Wilde, y resultó que Meg era una chica bastante ocurrente también... Eso me agradó un poco, y me agradó mucho más que aunque seguía pensando que la incluyeron solo para mí... Nadie, ni siquiera ella, estaban forzando la situación, lo cual hizo que pudiera relajarme.
Por fortuna las horas pasaron rápido y antes de darnos cuenta estábamos de regreso en casa, ya que Lilieth había querido que se le cantara cumpleaños en nuestra casa, y no en la suya, cosa que sorprendió a todos... A todos menos a mí.
Pese a la petición de simplicidad de nuestra amiga, Lauren y Logan habían decorado el jardín con globos y banderines, y habían decorado una mesa con algunos aperitivos... y un gran pastel, por supuesto.
Lilieth recibió la sorpresa con una efusiva alegría, por lo visto no se lo esperaba, y eso me hizo preguntarme si había celebrado su cumpleaños los últimos dos años, pero creo que en el fondo sabía la respuesta.
—Gracias, chicos... No tenían que hacerlo. —agradeció ella, y aunque seguía siendo doloroso verla abrazada a mi hermano mientras hablaba... aún así me alegró saber que estaba feliz.
Una parte morbosa de mí se alegraba de que estuviese con él, al menos le hacía reír constantemente; Logan siempre sabía qué decir y qué hacer para subirle el ánimo a cualquiera, en eso era mucho mejor que yo. Pero claro... solo era una pequeña parte de mí la que se alegraba por eso, el resto lo odiaba con frecuencia.
—¿Por qué no abres los regalos? —preguntó Lauren, sacándome de mis patéticos pensamientos, y animándome al instante.
—Sí, creo que es buena idea... ¿Qué dices? —le apoyó Logan con entusiasmo, sabía que él también quería mostrarle su regalo.
Sentí el asunto como una especie de competencia, una para ganarse la aprobación de la chica, aunque él no tenía idea de que estábamos compitiendo.
«Porque realmente no lo hacemos», me dije. Miré a Lilieth y ella asintió sonriendo. No nos habíamos acomodado en la butacas del jardín cuando Lauren saltó hacia su amiga, acercándole un paquete de papel rojo brillante.
—Abre el mío primero, llevo toda la tarde esperando para dártelo. —mi hermana esperó frente a Lilieth mientras esta abría el papel.
El contenido era un juego de diademas de pequeñas perlas de colores y brillantes, de esas que le gustaba usar a Lilieth, y comprendí el sentir de mi hermana... Una de esas lindas diademas quedaría perfecto como complemento del delicado vestido de encaje azul que llevaba la chica.
Siguió Meg, con una original y un tanto dolorosa camiseta personalizada cuyo estampado decía por la parte delantera: "Soy la novia de un Rockstar", y por la trasera continuaba con un: "...O lo seré pronto". Eso causó la risa de todos.
—Me encanta esa camiseta... Buena elección, Meg. Pero ahora es mi turno. —dijo Logan, chocando su puño con la chica, para luego ir hasta la mesa decorada en busca de la caja plateada que le había visto armar él mismo la noche anterior, aunque no había querido decirme qué había adentro.
Lilieth se tomó su tiempo abriendo el regalo, llenando a todos de expectación, para finalmente sacar una reluciente Polaroid blanca con turquesa y unas cuantas cajas de recarga. Su cara se iluminó con una hermosa sonrisa.
—No me dejaste ayudarte con la reparación de tu cámara, pero sé que extrañas tomar fotos de absolutamente todo, así que... Creí que sería una buena idea. —comentó Logan encogiéndose de hombros.
—¿Bromeas? ¡Me encanta! —exclamó Lilieth lanzándose a abrazarlo, y nuevamente esa sensación de "lo odio, pero me alegra" regresó a mí.
Podía deducir que ella jamás le dijo cómo se rompió su cámara, ya que él nunca me había comentado nada, pero me pareció un gesto muy acertado por su parte regalarle una cámara instantánea para que continuara haciendo lo que le gusta hacer, imaginé que sería de esos regalos que siempre significarían algo para ella.
—Me alegra mucho a oír eso. —respondió él dándole un beso, mi estómago se contrajo al instante, por lo que agradecí que Luke se aclarara la garganta para interrumpir el momento.
—Ehm... Tortolitos... Es mi turno. —comentó entregándole un paquete cuadrado y plano, envuelto también en papel rojo.
Por alguna tonta razón me gustó ver que todos envolvieron sus regalos con su color favorito, me alegraba saber que cuidaban esos detalles con ella.
En el interior había un álbum para fotografías polaroid, que era en sí una especie de libreta de notas, donde podía colocar las fotos y escribir alrededor, era el complemento perfecto para el regalo de mi hermano, y me sentí un poco herido al comprender que él sí sabía qué le regalaría Logan... ¿Por qué no quiso decírmelo a mí?
—Me encanta, Luke... Muchísimas gracias, es fantástico. —Lilieth se soltó de los brazos de su novio para ir a los de Luke, quien reaccionó con incomodidad al principio, pero finalmente se relajó y le devolvió el gesto.
—Solo faltas tú, Liam. —exclamó Lauren emocionada, incluso más que la cumpleañera.
Me incorporé y de pronto sentí que mi corazón se sobresaltaba, por fin había llegado el momento que tanto había esperado.
—Ahm... Sí, claro. —respondí nervioso mientras me abría la cazadora que llevaba puesta y sacaba el pequeño paquete y se lo entregaba.
—Espero que te guste. —Lilieth sonrió nuevamente y se dispuso a abrirlo.
Yo me había mantenido simple y había usado un papel mate color n*gro y una cinta roja. En el interior había un estuche de CD, al que le había diseñado una portada, bastante simple también, titulada: "Las canciones de Valerie"
Al leerlo los ojos de Lilieth se abrieron más de la cuenta, y me lanzaron una mirada sorprendida antes de darle la vuelta y mirar la lista de canciones. Se llevó una mano a la boca y su gesto se contrajo... Conmovida.
—Pensé que te gustaría tenerlas... Así, porque... Ahora forman parte de un solo disco.
—¿Es una recopilación de canciones? Que lindo. —preguntó Meg, inclinándose a ver el estuche del disco, hice una mueca nerviosa.
—Sí, algo así... Son sus favoritas. —me limité a responder, porque en realidad mi regalo iba más allá de simplemente juntar un par de canciones en un CD, pero eso solo lo entendería Lilieth... Cuando escuchara el contenido.
Y antes de poder decir nada más, sentí los brazos de Lilieth envolver mi cuello por primera vez, mientras su cuerpo se apretaba al mío. Era la primera vez que la tenía tan cerca y sin poder evitarlo mi cuerpo empezó a temblar de la emoción.
El cúmulo de sensaciones que tenía dentro jamás lo había experimentado antes, y entendiendo que tendría pocas oportunidades de disfrutar de eso... La abracé.
Y tampoco tuve tiempo de preocuparme por si sentía mi temblar porque ella también lo hacía... Solo que los suyos se debían al llanto. De pronto me encontré consolándola mientras los demás nos observaban sin entender qué pasaba.
—¿No te gustó? —susurré temiendo haberme equivocado. Ella sacudió su cabeza y se separó un poco de mí.
—No... Me encantó. Es... Es... Genial, gracias, Liam, yo... —empezó a llorar otra vez y se disculpó para salir corriendo al baño.
Me quedé de pie bajo la casita del jardín, viendo, igual que los demás, cómo Lilieth desaparecía en el interior de la casa; y cuando ya no pudimos verla... Todas las miradas recayeron en mí.
—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Meg mirando a uno y luego a otro.
—No tengo idea. —respondí, viendo como Logan tomaba en estuche del CD y lo examinaba.
—¿Qué pasa con estas canciones? —se acercó a mí.
—Son sus favoritas... Solo eso sé. —mentí mientras me sentaba, tratando de ignorar la mirada de Luke, que de seguro captó mi mentira.
—Vaya... Obviamente estoy haciendo algo mal... ¿Cómo es que tú conoces las canciones favoritas de mi novia y yo no? —se sentó a mi lado mientras leía las canciones.
—No lo sé, Logan... Solo se lo pregunté un día, y me pareció un lindo gesto, no sabía que se emocionaría tanto... Lo siento. —frunce el ceño, empezando a sentirme incómodo y culpable, no había pensado en la reacción que tendría él al ver mi regalo.
—¿Por qué lo sientes? No es tu culpa. Es solo que... Creí que había dado en el clavo con mi regalo, pero... Creo que aún me falta —rió con amargura. —. A partir de ahora pediré tu asesoría cada que me toque regalarle algo... Solo para que sepas.
Asentí en silencio, y nadie dijo nada más hasta unos momentos después cuando Lilieth regresó.
—Lo siento, chicos. Es solo que... Hacía mucho que no celebraba mi cumpleaños de esta forma y todos sus regalos me... —se detuvo cuando sus labios temblaron. —Me conmovieron mucho, en serio gracias a todos.
Los chicos sonrieron y a coro le dijeron que no había de qué. Logan se levantó para abrazarla y besar su frente antes de sonreírle.
—¿Lista para esa presentación especial? —le preguntó y ella sonrió con entusiasmo.
—Claro que sí, de seguro lloraré otra vez, pero ya igual mi maquillaje está arruinado, así que... ¡Que demonios!
Todos reímos y Logan nos hizo un gesto con la cabeza a Luke y a mí para que buscáramos los instrumentos. Me alegró que el momento incómodo hubiese quedado atrás, pero entendí que no todo sería color de rosa cuando escuché a Luke aclararse la garganta mientras caminábamos a la casa de huéspedes.
—¿No crees que se te está escapando de las manos? —preguntó sin mirarme ni dejar de caminar. —Lilieth empezará a notarlo... Eventualmente Logan también lo hará. Creo que Lauren ya lo hace, aunque no dice nada.
Me tensé al oír aquello, pero negué con la cabeza, decidido a no darle importancia.
—No, solo... fue un regalo, Luke. De verdad. Me pareció un lindo gesto para una amiga. Eso fue todo. Lo tengo bajo control.
Él asintió y se encogió de hombros.
—De acuerdo, como sea... Tú siempre has sido el más listo.
Y aunque sus palabras me parecieron más una advertencia que un cumplido, también decidí ignorarlas; tomamos los instrumentos y regresamos, y durante el resto de la noche no volvimos a hablar.
Pero el peso de sus palabras no cayó por completo sobre mí sino hasta las diez, cuando me preparaba para ir a dormir.
Mi teléfono empezó a sonar y vi su nombre en pantalla, mi corazón se había mantenido en paz hasta ese momento, aunque en el fondo había estado esperando esa llamada... Sabía que lo haría, solo que la confianza que tenía hasta ese momento se esfumó.
—Hola. —respondí con temor.
La linea se mantuvo un silencio unos segundos, haciendo que mi respiración se acelerara.
—Nunca nadie había hecho algo tan hermoso por mí. —le escuché decir con voz temblorosa.
Respiré profundo mientras me sentaba al borde de la cama, sintiendo que una sensación abrasadora iba invadiendo mi interior.
—¿Te gustó?
—Lo amo. —respondió con un suspiro.
Sonreí y me sentí aliviado, mientras mi confianza volvía. Lilieth había escuchado el disco, descubrió de qué se trataba y... Lo amó.
Yo me había dado la tarea de modificar algunas melodías y ritmos, y había grabado para ella, desde mi computadora, en mi habitación... Todas esas canciones que escuchaba con su hermana, haciéndolas parte de un mismo arreglo... Haciéndome yo mismo parte de las canciones, dándole un poco de mí en cada melodía.
—De algún modo... tu voz hace menos doloroso su recuerdo. —comentó luego de un minuto, disparando mis latidos otra vez.
—Me alegra oír eso. —respondí en un susurro.
Me dejé caer de espalda sobre la cama, mientras escuchaba su respiración al otro lado de la línea, y supe que algo había cambiado con esa llamada, y supe también que Luke tenía razón... Todo se me estaba yendo de las manos.