Caminé hacía la casa de Joseph, tuve que preguntarle a unos niños porque no tenía idea de dónde era, es extraño que estos días he compartido con Joseph y hemos hablado de tantas cosas, pero no conozco ni su apellido. Me sorprendió ver una casa muy bonita con un jardín de flores hermoso al frente caminé hacia la puerta y toque, parece acogedora nada que ver con el estilo de Joseph. –Buenas noches, cariño. Una mujer de al menos unos cuarenta años me recibió, un poco robusta de cabello n***o brilloso. –Buenas noches –saludé –. Soy Madison Davis, ¿está Joseph? –Hola Madison, soy Cristyn la mamá de mi Jos –sonrió –. Que linda eres, ven pasa adelante. Entre con ella a la casa, un olor a canela y cedro llegó a mis fosas nasales, la casa estaba iluminada y tenía un aspecto rústico y acogedor