Atardecía y el colegio estaba quedando vacío. —¡La verdad estaba tan asustada! —suspiró Julia, un par de horas después. Estábamos en el salón de música y ya todos los alumnos se habían marchado a sus casas—. ¡Y es que Rebeca siempre ha sido tan alta! Habíamos buscado un lugar apartado para conversar. Y hasta habíamos faltado a las clases de la tarde, sólo para ponernos al día de la situación. Por supuesto… Ethan aún buscaba a Chris, completamente perdido y sin tener idea de lo que sucedía. —Julia, eres genial —susurró Chris con una sonrisa, aliviado—. Creí que habíamos perdido en cuanto apareciste. —M-Muchas gracias por eso —susurré rápidamente con una sonrisa—. Me has salvado de muchas formas el día de hoy. —No hay de qué, Natalie —sonrió con dulzura—. Todo por la prima de Ethan..