Ethan El sonido de las olas me aturdió y la luz del sol en pleno atardecer, me cegó por algunos segundos. Pero por lo mismo, mis demás sentidos me permitieron ubicarme en el tiempo de mi memoria: el aroma salado, el fuerte viento, el humo del intento de parrillada para el almuerzo y la sensación de la cálida y segura arena entre mis dedos … —¿Qué haces? Yo podía, sí que podía. No debía tener tanto miedo. Me había preparado para ese momento, me había repetido en mi mente mil veces lo que debía hacer y decir. Ella sonrió, mientras hábilmente se ponía de pie y me mostraba un balde lleno de conchas marinas. —Las recolecto. ¿Me ayudas? —preguntó alegre y con obvia esperanza en la mirada. Di un paso atrás, asustado. Quería ir, claro que quería ir, pero ir significaba acercarme a ella, al