Su petición me dejó perpleja, mejor dicho en estado de shock, ni en un millón de años me habría imaginado tal cosa. Me quedo en silencio sin hallar que decirle, apenas puedo atinar una media sonrisa, que intenta ocultar el pánico que estoy sintiendo. — Entonces hermosa, ¿Qué me dices? La emoción y el entusiasmo en su expresión saltan a simple vista, sus dientes brillan al igual que sus ojos. Sin dejar de mirarme, delicadamente desliza su dedo índice por mi mejilla hasta acariciar mi barbilla, intentando persuadirme con sus penetrantes ojos. — ¿Con tus padres bello? No lo sé, ¿No es muy pronto para eso? — ¡Ay bellísima! (Suspira) no te me pongas así, que no es nada de lo que estas pensado… es una simple cena con algunos amigos y mis padres. Tampoco es que voy a pedirte matrimonio… To