Completamente descolocada Fanny se levanta de su asiento, se sirve un trago doble que bebe de un tirón, arruga la cara por lo amargo del limón y me mira como si hubiese enloquecido, mientras que yo, me encojo de hombros. — ¡Ya va, ya va! A ver si entendí, ¿Tú me estás diciendo que tu primera vez la tuviste aquella noche con ese pesado? — Si, buen no… es que no fue exactamente así. — Explícame bien Jenny, que estoy brutica, no entiendo nada. Necesité un trago doble, para terminar con la explicación; a medida que avanzaba en mi relato, un nudo crecía en mi garganta. Son demasiados los sentimientos que intentaba reprimir. Por más que sea, no es fácil recordar tanto lo bueno como lo malo que viví con él. — Entonces, te enredaste en el jueguito con el profesor y saliste quemada… Es que