Canté mientras empujaba la puerta abierta de Cass, encontrándolo gritando en silencio mientras hablaba por teléfono. —¿A quién tengo que arrancar el trasero? Él puso su mano sobre su teléfono y me miró con los ojos en blanco. —Esta estúpida manada está a unas dos horas de nosotros. No entrenan a sus hembras para pelear, y constituyen más del cincuenta por ciento de la manada. Él sigue discutiendo que los hombres son más fuertes y mentalmente más estables. —Sacudió la cabeza—. Es bueno verte mejor amiga. La próxima vez no podemos estar tanto tiempo sin vernos. ¡Tengo tanto drama que contarte! Me reí y asentí. —De acuerdo. Ahora dame el teléfono. Es hora de comenzar mis deberes como Luna mientras esperamos a que los chicos lleguen. —Saqué a Britt de detrás de mí y la empujé hacia Cas