Capítulo Uno: Mi mejor cumpleaños hasta ahora... Créelo o no.
—¡Feliz cumpleaños, Gemma! —gritó mi mejor amiga, Lindy, mientras me derribaba hacia mi casillero—. No puedo creer que finalmente tengas dieciocho años. Te tomó bastante tiempo.
La aparté de encima y arreglé mi blusa, que me quedaba demasiado grande.
—Sí, porque yo dicto cuánto durará el tiempo, Lindy.
Sonreí y abrí de nuevo mi casillero para cambiar mis libros.
—¿Estás lista para la clase de matemáticas? —me preguntó, sabiendo ya cuál sería mi respuesta.
Odiaba las matemáticas tanto como yo.
—Escucha, quienquiera que decidió que necesitábamos agregar letras a nuestras ecuaciones debería ser disparado a primera vista —respondí—. Además, ¿por qué tengo que tener una clase con los hijos del Alfa y del Beta? Todos sabemos que aprobarían incluso si no se presentaran.
—Vaya, desearía que funcionara para mí como uno de los hijos del Gamma —bufó—. Pero ser la más joven también significa que no tengo ningún valor real o utilidad para mi papá a menos que me intercambien con otra manada para aparearme con otro Gamma, cosa que nunca permitiría.
—Yo tampoco lo permitiría. Tendrían que pasar por encima de mí. —Le agarré el brazo y la jalé hacia la clase.
—Y no dejaré que esta manada te arruine.
Ella sonrió e hizo lo posible por seguirme el ritmo.
Qué lástima que no pueda protegernos de mamá o de Dennis.
“Lo haría si simplemente le contaras” comentó mi loba, Moonlight.
Aún estaba molesta por la paliza sorpresa de cumpleaños que nos dieron esta mañana y por no dejarme sanarme al instante.
No quería que nadie supiera cuán fuerte era en realidad mi loba o me casarían con un Alfa ávido de poder que me trataría de la misma manera que aquí.
No les importaría quién fuese mi pareja.
Por otro lado, no importaba si él estuviera en esta manada porque me rechazaría de inmediato.
No encontrarían a alguien a quien le gustara una chica de 1,68 con pelo castaño corto, caderas redondeadas y pechos grandes. Elegirían a alguien con suficiente poder para ayudarles y no les importaría si me violara u otra cosa.
Me detuve en el baño antes de la clase. Tenía que asegurarme de que mis golpes y cortes estuvieran cubiertos. No es como si a alguien le importara, pero odiaba las miradas llenas de lástima de los pocos compañeros de clase que no eran unos idiotas.
Me miré en el espejo y vi lo convertida que estaba en un cascarón de persona. Mi pelo rubio corto estaba fino y grasoso. Mis ojos avellana estaban apagados y mis pecas resaltaban en mi nariz contra mi piel pálida.
Puedo ver mis huesos, pero gracias a Dios ninguno de mis golpes está visible. Una última mirada a mi patética persona y es hora de ir a clase.
***
De hecho, pude concentrarme en clase ya que tanto estúpido uno como estúpido dos no se presentaron de nuevo.
Esta era la única clase en la que apenas pasaba, y eso que estudiaba en cada oportunidad que tenía. Mis otras clases eran fáciles o notaron las señales de abuso y me lo hicieron más suave. No iba a discutir eso.
Saldría de aquí en cuanto me graduara y necesitaba ese diploma.
Matemáticas era mi última clase, lo cual es otra razón por la que lo odiaba.
Ahora tenía que recoger mis cosas y volver a casa. A casa, donde mi madre o mi hermano podrían estar esperando para continuar donde lo dejaron. Se aseguraban de no dejar demasiados golpes en partes visibles de mi cuerpo, pero cuando se pasaban usaba ropa que pudiera ocultar sus abusos.
Hoy fueron mis costillas las que recibieron la mayoría de los golpes.
—Gemma, feliz cumpleaños —me llamó Olivia, una Omega que solía ser mi amiga, mientras pasaba junto a su pareja, Shane.
Él era el hijo del líder de los guerreros y estaba tan metido en el trasero de los otros líderes que hizo que su pareja se volviera en mi contra.
No fue difícil. No lo es cuando toda tu vida fuiste una Omega maltratada, así que entendí de dónde venía, pero yo nunca lo haría. La lealtad es muy importante para mí.
—No hables con la escoria —gruñó él mientras le jalaba el brazo y caminaba más rápido—. Siento lástima por quien sea su pareja.
—Una perra débil y fea como pareja sería lo peor —comentaron los chicos que caminaban con ellos.
Solo aparté la mirada y me dirigí hacia el estacionamiento. Estaba cansada del día y apenas iba a la mitad.
Desearía poder subirme a un coche y conducir lejos de las tierras de la manada, renunciando a ella, pero para eso necesitaría un coche.
Solía tener una bicicleta hasta que alguien la desmanteló y puso todas las piezas diferentes por toda la escuela. Todavía estaba buscando el manubrio.
“¿Huelen eso?" me preguntó Moonlight.
Me detuve y olfateé antes de finalmente notar el dulce olor a caramelo y brownies.
—¿Podría ser…?
—¡Tienes que estar jodiéndome! —gritó el hijo del Beta, Eric. Parecía enfadado pero no noté por qué.
Lo único que noté fue su olor y lo deseable que era. Mis instintos de supervivencia huyeron en el momento en que lo miré.
"Compañero".
—¡OH, DIOSA MÍA! Amigo, estás emparejado con la escoria —se burló el hijo del Alfa, Kenny—. No puedo esperar para ver cuánto dolor tiene después de que rechaces su culo patético.
¿Rechazarme? ¿Él haría eso? ¿Ir en contra de la Diosa como si ella estuviera equivocada en su decisión de hacernos compañeros destinados?
—No…
Sollocé, dando un paso más cerca de Eric.
—Sí, el rechazo es la única opción —gruñó Eric acercándose a mí—. Incluso mi lobo está de acuerdo. No necesitamos que esta perra débil dé a luz a nuestra camada.
“Recházalo. No nos merecemos esto” ladró Moonlight hacia mí.
“¿Te perderé?” le pregunté mientras observaba los movimientos de Eric y Kenny. Ellos buscaban más la violencia que los demás.
“Estaré bien. Sin dolor no hay ganancia. Hazlo”.
Estuve de acuerdo con ella.
—Hazlo, Eric. Recházala, pero mantén su boca cerrada para que ella no pueda rechazarte a ti —le ordenó Kenny con una sonrisa burlona.
Eric se acercó empujándome hacia atrás hasta chocar con un auto.
Moonlight gritó para que lo hiciera antes que él.
Tomé una respiración antes de ponerme derecha y prepararme para el dolor.
—¡Yo, Gemma Grimhide, te rechazo a ti, Eric Crimson, futuro beta de los Bloodlust growlers, como mi pareja futura! —grité con todas mis fuerzas.
El dolor fue instantáneo, enviando calambres dolorosos que parecían como si alguien me apuñalara una y otra vez por todo el cuerpo.
Moonlight parecía distante y sufría tanto como yo. Tenía los ojos cerrados, pero por el dolor que emanaba de Eric, sabía que él también estaba sintiendo parte del dolor. Tan pronto como aceptara el rechazo, solo tendríamos que lidiar con leves calambres durante unos días.
—¡Perra! —gritó Kenny.
Me empujó al suelo, puso su pie en mi rostro y me ordenó quedarme quieta como una buena perrita. Era un idiota y estaba arruinando esta manada. Era hora de largarme de aquí lo más pronto posible.
Eric se arrodilló y me sonrió.
—Yo, Eric Crimson, futuro beta de los Bloodlust growlers, rechazo a Gemma Grimhide como mi pareja futura.
Otro estallido de dolor me atravesó, pero sabía que si me quedaba aquí, harían el dolor físico mucho peor. Así que cuando Eric cayó debido al dolor, aproveché que nadie me veía para apartar el pie de Kenny de mí y correr tan rápido como pude. Solo unos pocos me siguieron, pero fui más rápida.
Con todos mis matones por todas partes en la manada, incluyendo en casa, aprendí a ser veloz y hacer todo lo necesario para sobrevivir.
Ahora solo tenía que esperar ser más rápida que las noticias del rechazo o mi madre estaría esperándome para enseñarme otra lección.