Izan Becker miró el mensaje en su móvil, apretó su mandíbula con fuerza, ¿es que dejó que una simple jovencita a la que le entregó por primera vez su corazón jugará con él? Apretó el móvil y lo aventó contra la pared, cayó deshecho. Una vez que desquito su coraje, camino hasta el enorme salón tomando el teléfono fijo, marco el número del empleado al que le había encargado vigilar a Abby.
—¡Te ordené que la mantuvieras vigilada! ¡Sube ahora! —gritó lleno de furia, no podía creer que tan fácilmente ella se hubiera marchado de su vida, tuvo que respirar varias veces para poder pensar fríamente, Abby James era como una droga para él, la necesitaba ahora más que nunca por que una vez más, Nora Davis estaba por delante un paso, se sentía inestable, como si todo se estuviera desbordando a su alr
