—Haz hecho lo correcto cariño, Nora Davis debe pagar por todo lo que te ha hecho —la señora Taylor susurró en el oído de Izan mientras que a su vez él no despegaba su mirada de la chica peli rosa que caminaba en su dirección —por cierto, por que no me mencionaste que terminaste con Alessia, la pobre no haya ni dónde meter la cabeza de la vergüenza, ni si quiera tuvo tiempo para explicárselo a la prensa. —Esos son asuntos de mi vida privada que no me gusta compartir con nadie —se limitó a decir. Para la señora Taylor, después de que los Becker fallecieron, vio en Izan un proyecto de inversión a futuro puesto que aquel joven huérfano, pronto se convertiría en uno de los magnates más poderosos y millonarios de todo Nueva York, y el único que podía hacerle frente a Nora Davis dejándola en l