LIANA Tomó mi brazo y me sacó de allí, arrojándome al suelo lejos de lo que parecía la celda. Lo primero que hice fue alzar mi vista al cielo y aquella luz cegadora me hizo cerrarlo de golpe. ¡Maldición ! La luz molestaba demasiado, como si estuviera días sin ver la luz, toqué con mi mano derecha mi cara porque no sentía la tela cubrir mi ojo, pero sí, allí estaba, cubriendo mi ojo. Echaron mucha agua en mi cuerpo y estaba tan fría que pronto comencé a titiritar. Sacudí mi cabeza y solo cayó más y más agua, me cubrí el rostro con los brazos y el golpe de agua me hizo caer a un lado, comencé a toser, buscando aire y no aquella agua que parecía entrarme por todos lados, a lo lejos escuché una risita muy molesta y luego unas manos muy torpes me pusieron de pie, mis piernas tambalearon, es