LIANA —…Ya dejará de doler, Liana.—sentí sus manos tocar mi rostro y el suyo acercarse. ¿Qué haría…? ¿Cómo lograría que dejara de doler? Si con tan solo él estar aquí ya se calmaba, desde que sus manos me tocaron y me pegó a su cuerpo, desde que escuché su voz o sentí el calor de su cuerpo. El dolor disminuyó como por arte de magia. Sentí el calor de mi cuerpo subir más y más conforme él se acercaba, mis ojos se iban cerrando y luego…y luego… ¡¿Pero qué fue todo eso que antes le dije al Alfa?! ¡¿Por qué pareció como si lo estaba culpando?! Ahora yo…dije todo eso y él… Me besó. Sus labios hicieron contacto con los míos mientras mis ojos se cerraron, me olvidé de cómo respirar y solo me concentré en sentir, en sentir eso que él arrojaba sobre mí, esto que crecía y no dejaba de aumenta