Llegue a la dirección que me pasó Cassidy por mensaje y se trataba de uno de los bares que más frecuentábamos al salir del bachillerato. Con cabinas de terciopelo, iluminación tenue y una banda sonora suave de jazz que completa el ambiente, se sentía como si estuvieras en un episodio de s*x and the City de la mejor manera posible. Era el lugar de reunión original de la industria nocturna, donde también podías obtener una hamburguesa, caracoles o una torre de mariscos de una milla de altura hasta las cuatro de la mañana, cualquier día de la semana. Gracias a las identificaciones falsas que poseíamos, este lugar era casi como un templo para nosotras. Cassidy Sparks siempre dirigía a nuestro grupo de amigos, ordenando que hacer o hacia dónde ir, en cambio yo solía embriagarme hasta terminar