Siento unas leves caricias en mi mejilla, pero por más que quiero abrir mis ojos, simplemente no puedo. ¡Estoy tan cansada! Mi noche sin duda fue de las mejores a su lado, ¿Acaso se pueden ver las estrellas sin salir de casa? Yo digo que sí, porque durante toda la noche las vi gracias a él. —Habibi, ¿no te piensas levantar? —siento como besa mi hombro desnudo—, Alexa está esperando por ti. Puedo decirle fácilmente que no saldrás, y así te tengo en la cama todo el día. ¡Por Allah! Se me olvidó por completo que Alexa me dijo que vendría para salir. Abro mis ojos de golpe, y a duras penas me siento en la cama mirándolo con diversión. —No puedes tenerme todo el día en la cama, Albert… Me jala hacia él y posa sus manos en mi cintura. —Por supuesto que sí puedo, mi amor. ¿Quieres ponerme