Invasión Americana

1010 Words
Graciela Si hoy llego tarde a clases no será mi culpa, y esta vez tampoco de . La culpa será de ese chico con el cuál tropecé ayer, quien no ha salido de mi mente. Me tiene totalmente intrigada. ¡Totalmente tonta! Dios, es norteamericano. Tengo miedo de que sea amigo de Adam. ¿Por qué, Graz? Ni idea, pero es guapo y sería una lástima. Llego a la universidad a toda prisa. No saludo ni miro al guardia de la entrada, porque parece ser una estatua antipática. Entro a mi salón, hoy me toca en el F-6. ¡No ha llegado la maestra! "Oh, gran dios de los atrasados, escuchaste mis súplicas". Echo un vistazo rápido sobre mis compañeros en busca de un asiento vacío. Vamos a ver… pues, hay un asiento libre en la parte de atrás. Podría considerarlo, pero tengo problemas con mi visión y tampoco es mi intención sentirme autista y marginada. Al menos no hoy. Quizás cerca del ventanal… alguien me está haciendo señas. Mueve su brazo escandalosamente, ¿me está saludando? Se parece mucho a Ana. ¡Oh, por Dios, creo que es Ana! Camino torpemente hacia su asiento; hay un puesto vacío a su lado. Me lo ha reservado. "Ana, te amo por esto". —No pensaba verte en mi clase —digo al mismo tiempo que la saludo con un beso en la mejilla y me siento a su lado. —Yo sí, lo tenía todo premeditado —confiesa con voz maquiavélica. —¿Premeditado? —Así es. Adivina… tengo las mismas asignaturas tuyas porque… ¡me matriculé en Traducción e Interpretación de Idiomas! —anuncia con tono de presentador de televisión. —¿Traducción? ¿Conmigo? ¿Aquí? ¿Seremos colegas? Oigo el coro celestial de los ángeles. Mi amiga estudiará lo mismo que yo. ¡Es maravilloso! Eso significa que probablemente, luego trabajaremos juntas. Lo que sería estupendo, ya que además Nat está estudiando Administración de Empresas… podríamos crear nuestra propia empresa de Traducción e Interpretación. ¡Oh! Y Jess estudia Teatro… podríamos crear una empresa, grabar películas, y traducirlas a diferentes idiomas. Luego seríamos millonarias, nos casaríamos con un magnate o algo así, porque si hay algo que odio, son los hombres mantenidos. De vacaciones iríamos a recorrer el mundo con nuestros maridos y a los dos años de matrimonio, tendríamos nuestros primeros hijos, mi hija se llamaría Adele y viviríamos todos juntos como una familia feliz. —Graz —Ana me saca de mis pensamientos, picoteándome el abdomen con su codo, nada suave sinceramente. —¿Eh? Estoy demasiado concentrada en mi nube de sueños y delirios. Me cuesta un poco… bastante aterrizar. —Respóndele —susurra. —¿A quién? —pregunto, mirándola sin comprender. Ella me hace un gesto, indicándome que voltee. —¿Está vacío este asiento? —pregunta una agradable voz masculina que… creo que he oído antes. En cámara, lenta dirijo mis ojos hacia el emisor de ese hermoso sonido y… santa mierda. *** Natalia Qué suerte tienen Ana y Graciela; están en todas sus clases juntas. En realidad eso no es suerte, es astucia. ¿Por qué no elegí la misma carrera que Jess? "Porque no puedes actuar sin reírte, Nat", me responde mi conciencia, molesta como siempre. Estoy en el salón de la clase de Cálculo. No me complica la materia, pero es demasiado aburrida. Los números son un rompecabezas que sé armar a la perfección. Debería llamarme Nat-calculadora-humana, ¿no? "¡No!", responde mi conciencia de nuevo. "¡Ya cállate!" Es temprano, por lo que aún no llega el profesor. Echo un vistazo a mi alrededor y me asombra ver que soy la única que no estoy bostezando. Ha de ser porque duermo bien para crecer fuerte y sana. Ok. ¡Dios, necesito un amigo aquí! Estoy rodeada de chicos con complejo de superioridad, intelectuales y líderes que se vanaglorian sin que nadie los haya elegido de líderes. Nunca he deseado con tanta fuerza que comience pronto una clase… Alguien acaba de entrar. Es una chica. No esperen, es un chico... Creo. "¿Qué rayos eres? ¡Identifícate!" Viene caminando en mi dirección. Hay un asiento vacío a mi lado, pero no creo que lo escoja ya que no es el único… ¿verdad? Dije que no es el único, sigue de largo por favor… Demasiado tarde, se sentó a mi lado. "Dios, huele a chico, pero parece chica" Su cabello es rubio, y tiene los ojos verdes. ¿Será americano? Graciela dijo que vio uno también ayer, pero según su descripción, el que ella vio era un macho-recio-conquista-chicas. Este parece más bien una Barbie. Pero sí, definitivamente es americano… ¿Qué pasa con los norteamericanos? ¿Qué planean? ¡Invasión! Sigo observándolo. No hay que negar que tiene buen físico; es delgado y sus facciones son bastante peculiares. Lo miro más de cerca. ¿Estaré siendo muy obvia? Creo que sí, porque me está mirando feo. Y ahora me habla. —¿Qué? ¿Soy muy guapo? —pregunta con tono arrogante. "¿Guapo o guapa?" —No —digo como si nada—. Más bien creo que tienes algo ahí —señalo su mejilla. —¿Dónde? —se espanta y saca un pequeño espejo de su mochila. "Oh, por Dios". Esta es la primera vez que veo a un hombre portar espejo. Es raro. Al menos en mi país… ¿Será que en en Estados Unidos fabrican muchos espejos? Pero él habla español y vive a miles de kilómetros de su país.Realmente, su aspecto y sus actitudes son de dudosa procedencia. "Pero es lindo, como una niña". —No tengo nada —murmura, observándose en el espejo. Insisto, ni yo llevo espejo, y yo sí soy niña, al menos anatómica y legalmente. —Oh… creí ver algo —digo haciéndome la tonta. Fijo mi vista en su cuaderno… es rosa. ¿Será gay? De acuerdo, ahí viene el profesor. Menos mal, o mi imaginación terminará trastornándome, ha sido mucha confusión por hoy.
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