28 de mayo de 1885 Layla -Elliot, ¿has encontrado algo? -No. Layla volvió a revisar una vez más la estantería que tenía frente a ella. Habían pasado dos días desde los últimos acontecimientos y apenas habían avanzado algo. Se sentía agotada por las horas que había pasado en vela, dando vueltas y vueltas a aquel nuevo descubrimiento. Alguien había asesinado a su padre y el principal sospechoso era su primo. Pero ¿cómo podía ser eso cierto? Gabriel siempre había sido un buen niño y aunque él había perdido a su padre durante su infancia, nunca permitió que eso desviara su rumbo. Había sido generoso con todos a su alrededor, había cuidado de ella. Él había sido lo más parecido a un hermano que había tenido. Había soportado todos sus caprichos incluso cuando eran confusos y difíciles.