Capítulo 3: Recomenzar

945 Words
IG: @s.dalsanto17 Las instalaciones de la fundación son sorprendentes. Tienen todo lo que una persona que está pasando por el peor momento de su vida, pueda llegar a necesitar. Hay psicólogos, talleres de todo tipo, desde defensa personal hasta arte, algo que me ha sorprendido gratamente. También cuenta con un gimnasio, clases para aquellos que no han terminado la escuela y no pueden asistir a un sitio tan concurrido como es un salón de clase, e incluso programas de asistencia económica para abrir negocios o cubrir gastos universitarios. Realmente estoy muy feliz de haber venido a un lugar como este donde al menos me doy cuenta de que este dolor es algo que otras personas consiguen entender. Gabriel y yo salimos del edificio de la fundación y me mira —¿Qué te ha parecido?— Me pregunta. —Algo increíble, tengo muchas ganas de solo ser parte de la fundación, sino también de ayudar— Le explico y sonríe. —Una cosa a la vez— Sugiere —El edificio donde vivimos todos queda a tan solo una calle de aquí, así que iremos caminando ¿de acuerdo?— Me informa. —Esta bien— Respondo y seguimos caminando. Yo estoy en silencio, pero no sé si es por todo lo que he visto hoy o porque me he acostumbrado a estar callada durante todo este tiempo que estuve sola —¿Has visto un doctor por tu embarazo?— Averigua de repente y la verdad es que su pregunta me sorprende. —No, solo me hice la prueba y llore como nunca cuando me entere— Admito. —No te lo he dicho antes para que no sintieras que te estaba hablando como doctor, pero soy obstetra y otras de las cosas que hago en la fundación es asistir a las mujeres que están embarazadas— Me cuenta tomándome por sorpresas. —¿Y porque no ejerces en un hospital? ¿Acaso no necesitas el trabajo? — Cuestiono tratando de entenderlo. Él sonríe —Los motivos son muchos, pero principalmente que desde el día que fallecieron mi esposa y mi hija, no soy capaz de pisar un hospital. Trate de salvarlas camino al hospital y no pude, tampoco pudieron los otros médicos… sabes, estudie años no solo para poder ser parte de ese momento mágico que es cuando nace un bebé, sino que también para salvar vidas y les falle a las personas que más amaba en esta vida, es difícil retomar mi carrera en un sitio como ese, pero al menos ayudo a las mujeres de la fundación. Afortunadamente siempre fui un médico por vocación y no por dinero, eso ayudo a que pudiera tomar esa decisión — Relata y entiendo cómo se siente. —Debe de ser muy difícil— Murmuro. —Es como una voz que te dice todo el tiempo lo que no pudiste hacer, pero lucho con ella a diario para intentar sobrevivir— Pronuncia. —Gabriel— Lo llamo cuando nos vamos acercando al edificio. —¿Sí?— Pregunta y saca las llaves de su bolsillo. —Quisiera ver a mi bebé si se puede, necesito sentirlo, escucharlo…— Digo y siento como mi voz se quiebra al decir estas palabras. Él asiente mientras abre la puerta y me sonríe —Claro que sí. Si gustas mañana puedo practicarte un ultrasonido— Me deja saber y asiento. —Por favor— Le pido y al entrar al lobby del edificio, me doy cuenta de la seguridad de la que él hablaba ya que hay un guardia armado en su garita. —Hola Félix, ella es Nicole y va a estar ocupando el departamento 515, ¿de acuerdo?— Informa. —Por supuesto señor Roux— Le dice de manera formal —Señorita Nicole, bienvenida— Me saluda. —Muchas gracias, es un gusto conocerlo— —El gusto es mío, hay botones de pánico en todas las áreas de su piso, si necesita ayuda pulse uno de ellos y estaremos allí— Me deja saber. —Gracias por la información— Digo y tanto Gabriel como yo, continuamos con nuestro camino. Una vez en el elevador, él presiona el botón número cinco —Tal y como dijo Félix, todos los ambientes de estos departamentos tienen botones de pánico, también cuentan con cámaras de seguridad en los pasillos y conexión directa con la policía. Sé que esto puede asustar, pero tenemos personas que apenas están pasando por esa situación de volver a aprender a vivir solos y necesitan sentirse seguros— Me informa. —Entiendo— —Tenemos un par de reglas por el bien de todos y es que cualquier visita debe pasar por una revisión de seguridad, es algo rápido, Félix lo hace allí mismo e informa si puede pasar o no— Explica. —Eso está bien, no tengo a nadie aquí, así que nadie me visitara— Comento. —¿Cómo qué no? Yo te visitare, tengo que asegurarme de que estés bien— Difiere. —Claro, pero no debes pasar por esa revisión— Expongo. —Eso no, sería un poco extraño viviendo aquí— Bromea cuando la puerta del elevador se abre —Bueno, esta puerta de aquí es la mía— Me deja saber señalando la 514 y esta otra es la de tu departamento, es coincidencia que estén uno al lado del otro, pero supongo que servirá mientras conoces a los demás— Declara. —Eso está bien, como dices, no conozco a nadie más todavía— Accedo y solo continuo el camino mientras que él se adelanta a abrir la puerta del sitio donde empezare esta nueva vida.
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