Apenas Jake tocó a la puerta sabía que venía a hablar sobre el beso, ese beso que me hizo perder la cabeza, ese beso que prácticamente me había cambiado la vida. -Para mí ese beso significó mucho – me dijo, mirándome directamente a los ojos - ¿y para ti? -Mucho – dije sin más. -No sé qué rayos causas en mí, Ethan, pero es obvio que no es normal – me dijo, con una pizca de dolor en su mirada –. Debemos parar esto. -¿¡Por qué!? – me estaba terminando sin ni siquiera empezar. -¡Porque ambos somos hombres! No sé tú pero…soy muy religioso – y era verdad, algunas veces llegaba tarde a los entrenamientos por madrugar a la iglesia –. Y no quiero ir al infierno por enamorarme de un chico. Respetaba su manera de pensar, yo también me considero religiosa y todo eso ¡Pero no soy un hombre! ¿Debí